M. Á. MONTERO / SANTA CRUZ DE TENERIFE
En Canarias, los integrantes de las clases pasivas ya son casi tantos como los trabajadores. De hecho, la ratio o tasa de dependencia se acerca al uno a uno, esto es, que apenas hay un empleado por cada parado o pensionista. En 2007, el año en que sobrevino la crisis, esta relación era de 2,19 a uno.
Según las fuentes oficiales, había alrededor de 760.300 ocupados en la comunidad autónoma al finalizar el primer trimestre del año. Los «pasivos», es decir, los pensionistas y los desempleados —los cuales eran menos de la mitad de los trabajadores allá en 2007—, sumaban ya 715.000. De modo que la susodicha ratio o tasa de dependencia es de 1,06 a uno. Esta relación entre ambas cantidades, que sirve para comprobar la salud del sistema de prestaciones de la Seguridad Social, ha caído, pues, hasta casi el uno a uno, lo que compromete más aun el llamado «estado del bienestar» en el Archipiélago.
Para entender la situación basta con comparar estas cifras con las de 2007, cuando la economía mundial cambió (los expertos coinciden en situar el estallido de la crisis en octubre de aquel año). Si ahora hay 760.300 empleados, entonces había 915.400 (es la media anual). Y si ahora hay 715.000 personas que integran las clases pasivas, había hace algo menos de un lustro 418.700. En consecuencia, la ratio ocupado/«pasivo» ha pasado de ser de 2,19 a uno a ser de 1,06 a uno. O lo que es lo mismo: si antes de la crisis había en las Islas más de dos trabajadores por cada parado o pensionista, ahora hay poco más de uno.
Asimismo sirven para contextualizar el deterioro del mercado laboral en Canarias y su incidencia en el futuro del sistema de prestaciones los datos estatales. No en vano, y aunque también han tocado fondo, son mejores que los de la autonomía. En España, los empleados suman 17,4 millones; los «pasivos», 14,45 millones. Por tanto, la tasa de dependencia es de 1,2 a uno, algo mejor que la de la comunidad, y ello aun cuando esta ratio había arrojado habitualmente mejores números en el territorio insular que en el resto del país.