«Todo el día corriendo», así trabajan gran parte de las empleadas que se dejan la piel en los hoteles de la isla para tener las habitaciones de punta en blanco. Pero ya no pueden más. Las camareras de piso, ahora organizadas en la asociación Kellys Unión Gran Canaria, se concentraron ayer para denunciar su situación en Maspalomas y en otras 12 provincias de toda España coordinadas por las Kellys Confederadas, el colectivo nacional. «Lo que no es normal es que pretendan que señoras de 60 años aguanten a este ritmo», denunciaron ayer tres jóvenes camareras de piso aludiendo a la enorme carga de trabajo a la que les someten en sus respectivos establecimientos.
«A mí me dio una ciática trabajando y me tuvieron que sacar de la bañera. ¿Sabes lo que me dijo la Mutua? Que hiciera pilates», cuenta otra manifestante. «Es que a veces corremos para matarnos», añade su compañera.
«Nosotras somos profesionales en lo que hacemos y queremos dar un buen servicio porque el turista no debe culpa de lo que padecemos», aseguró Teresa Vega, la presidenta de la asociación que lleva recogidas más de veinte denuncias de distintas trabajadoras por precariedad, sobrecarga y hasta acoso laboral y que han llevado o van a presentar a la Inspección de Trabajo. «Tenemos dos días libres por semana, pues directamente te ponen uno y te pegas siete días trabajando y así varias semanas. Ni siquiera te lo piden, también te llaman a las diez de la noche para decirte que libras al día siguiente o vas a trabajar y a las nueve de la mañana te mandan a tu casa porque sobran mujeres», se quejó una camarera del norte de la Isla, que le supone un coste y esfuerzo importante trasladarse hasta el sur.
MENOS DE 3 EUROS POR LIMPIAR UNA HABITACIÓN POR LA QUE COBRAN 200 EUROS