M. Á. MONTERO / SANTA CRUZ DE TENERIFE
El 86% de la inversión de capital extranjero en Canarias durante los cuatro primeros años de la crisis no creó ni un solo puesto de trabajo en la región. A casi 1.738 millones de euros ascienden los fondos que «sobrevolaron» la comunidad autónoma sin reportar beneficio alguno a su economía real. De hecho, menos de 288 millones sumó entre 2008 y 2011 la parte de la inversión foránea que efectivamente redundó en beneficio del Archipiélago.
Según los datos del Ministerio de Economía y Competitividad, el dinero que llegó a las Islas durante los cuatro ejercicios precedentes en concepto de inversión extranjera estuvo muy cerca de 2.026 millones de euros. Sin embargo, el 86% de esa cantidad —exactamente el 85,8%— no sirvió para crear ni un solo empleo en Canarias. En consecuencia, alrededor de 1.738 de esos millones no ayudaron a la economía de la región a soportar algo mejor la crisis, y ello aunque figuran en la estadística del ministerio que dirige Luis de Guindos en el total de la inversión foránea. El porqué de esta aparente paradoja estriba en la actividad de las Empresas de Tenencia de Valores Extranjeros (ETVE).
Las llamadas «operaciones de ETVE» acapararon el susodicho 86%, esos casi 1.738 millones de euros, de modo que apenas 288 millones de los 2.026 que llegaron a la comunidad autónoma en el período en cuestión le fueron a esta verdaderamente útiles. No en vano este tipo de operaciones no tiene correspondencia con la economía real o productiva y persigue reducir el debe fiscal de las sociedades. Las ETVE son empresas, pues, meramente instrumentales, que se crearon en 1996 y que disfrutan de un ventajoso régimen. En suma, las inversiones de estas entidades son en realidad transmisiones, «dentro de un mismo grupo empresarial, de participaciones en sociedades radicadas fuera de España». Asimismo, y desde el año 2000, se incluye entre estas operaciones la transmisión de acciones entre dos o más empresas de un mismo grupo, con independencia de que sean o no ETVE.
De lo expuesto en el párrafo anterior se infiere que el total de la inversión extranjera no siempre sirve para medir lo atractivo que un territorio resulta a ojo del empresariado foráneo. El caso de las Islas es paradigmático: la inversión en 2010 ascendió a casi 863 millones de euros; en 2011, a prácticamente 1.029 millones. Cabría por tanto pensar que la región mejoró su imagen internacional, cuando fue justo al contrario. Al descontar el montante de las operaciones de ETVE, la inversión productiva —la que sí redunda en beneficio del empleo y el PIB— sumó en 2010 114 millones; el año pasado, poco más de 76.