Según el ingeniero e investigador del Water Resources Research Center de EE.UU, Juan Carlos Santamarta, con la denominada hidroeficiencia y el ahorro en
el consumo de agua se puede controlar la demanda del usuario y mejorar
las redes de transporte. “En el primer caso perdemos al año casi 8
millones de euros solamente con el uso de la cisterna, agua de excelente
calidad que tiramos por las tuberías, con un sistema de descarga
parcial lograríamos al año un ahorro de casi 4 millones”, explica.
“En
el segundo caso hay zonas en Canarias donde se pierde el 40% de los
caudales en los canales. Hay que mentalizarse que ahorrar agua es
ahorrar energía y por lo tanto rebajamos la factura del petróleo que
lastra notablemente la economía insular. La factura del agua en Canarias
supone 310 millones de euros al año, un tercio lo asume la agricultura
que no puede competir con esos costes”. Santamarta propone “cargar más
los costes del agua al turismo que a nuestra agricultura, que en cierta
manera hace un papel de conservación de suelos y de paisaje
incalculable”. Para el ingeniero “la gestión y los aprovechamientos del
agua en las islas con una media de precipitación de 400 mm, es muy
complejo y exige un análisis interdisciplinar y por supuesto científico.