JOSÉ MUJICA
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Crisis económica pasa factura a las mujeres en prostitución en Canarias, con una caída del 75% de media en el precio de los servicios sexuales, no siendo así con la demanda que va en aumento, según datos de la Plataforma por la Abolición de la Prostitución en Canarias.
Una de las mejores expertas de España, la socióloga Esther Torrado, de la Universidad de La Laguna, alertó de esta precarización a la que se ven arrastradas miles de mujeres, ya sea contra su voluntad o como consecuencia de las necesidades económicas resultado de la crisis económica que comenzó hace 10 años.
En una conferencia este fin de semana en la Casa Colón de Las Palmas, propiedad del Cabildo de Gran Canaria, Esther Torrado subrayó también que algunas mujeres canarias que habían abandonado la prostitución han vuelto a ser reclutadas en el ejercicio de la prostitución.
En la actualidad, el 87% de las mujeres en situación de prostitución son de origen extranjero, procedentes de Latinoamérica, Europa Oriental y África.
La crisis económica, sin embargo, está ampliando la presencia de mujeres españolas. “El fenómeno se constata en el Sur de la Península y en Canarias por el efecto de la crisis. Mujeres españoles que dejaron la prostitución ahora vuelven por la crisis, pero lo hacen en peores condiciones“.
Esas condiciones, según la profesora Torrado, están marcadas por una caída de los precios en los servicios sexuales ante la fuerte competencia. Una felación cuesta, de media 5 euros, mientras que hace 8 o 10 años ascendía a 20 euros. “Si ya es duro de por sí, imaginemos por un momento que para obtener el mismo dinero han de hacerlo 4 veces”.
El descenso en las tarifas de la prostitución también alcanzan a ciudades mito como Amsterdam, donde los servicios básicos (práctica de sexo) bajan de 80 euros a 50 euros. En España han pasado de 40-50 euros a 20 euros.
Esther Torrado actualizó las cifras sobre prostitución en España. El 90% de las personas en prostitución son mujeres, el 3%, hombres y el 7% por mujeres transexuales. “Queda claro que se trata de un problema de patriarcado dominante y de género, pues son las mujeres las que están en prostitución y los hombres quienes consumen“.
En este sentido, explicó que los consumidores habituales representan el 70% del conjunto de la demanda, mientras que el 30% es ocasional.
Según Torrado, el modelo implantado en España corresponde a “una ideología sostenida por un sistema político e institucional deficitario para combatir un negocio lucrativo (de los mayoes del mundo) en un mercado globalizado donde, además, observamos con estupor que a ese negocio de la carne se están incorporando niñas”.
Torrado y la trabajadora social Dolores Delgado plantean un modelo abolicionista ad hoc similar al de Suecia, como solución a este problema de desigualdad que tiene que ver no sólo con el género sino con la clase social “La prostitución siempre está relacionada con la pobreza”, denuncia Dolores Delgado.
Las jornadas están organizadas por el Partido Feminista y la Plataforma Abolicionista de la Prostitución.
Las dos especialistas afirman que el negocio está otra vez en auge. “El consumo de la prostitución va en aumento. Hay oferta porque hay demanda. Más que nunca, la prostitución va de la mano de la trata enun sistema capitalista porque es un negocio muy lucrativo“.
La Plataforma aboga por un cambio conceptual y legal ante el problema. “La prostitución no es un problema de las mujeres. Fue creado por los hombres, pero lo sufrimos las mujeres y con especial incidencia aquellas en situación vulnerabilidad y exclusión social por la pobreza”.
La Plataforma plantea hasta 6 medidas básicas.
- Políticas de igualdad y protección a la mujer.
- Promover políticas de inserción social.
- Introducir módulos de aprendizaje afectivo sexual en el sistema educativo para evitar el consumo temprano de pornografía y el posterior consumo de prostitución.
- Establecer campañas de disuasión de la demanda y de sensibilización de la ciudadanía
- Penalizar el proxenetismo y a los intermediarios.
- Penalización del consumo y la demanda.
“En este país se protege siempre al putero sin que se tenga en cuenta que la prostitución no es una forma de sexualidad. El fin último de la sexualidad es el placer y en la prostitución no hay sexualidad, sino dominio, una de las partes no disfruta. Además detrás de la actividad. Hay otra realidad más trágica y que es cien por cien delictiva: la trata de mujeres. El surtidor de la prostitución es la trata“, afirma con rotundidad Esther Torrado.
La socióloga ha dirigido la investigación encargada por el Instituto Canario de Igualdad del Gobierno de Canarias a la ULL el pasado año. Una de las conclusiones de dicho estudio es que la prostitución en Canarias es un fenómeno generizado pues son éstas las que están en la actividad y los hombres quienes la demandan. Se trata de mujeres en situación de vulnerabilidad. Otra cuestión es el aumento del turismo sexual en las dos islas capitalinas y que tiene relación con esta vulnerabilidad y el modelo de turismo de masas de sol y playa.
La profesora Torrado defiende este modelo centrado en la abolición como única respuesta eficaz a la situación actual y el incremento de las redes de tráfico y trata de mujeres con fines de explotación sexual, afirmando que “El deseo no se puede pervertir para convertirlo en un derecho fundamental a costa de los derechos fundamentales de las mujeres. Es como los vientres de alquiler, donde un lobby elitista quiere convertir su deseo a ser padre biológico un deseo en un derecho, aunque sea a costa de las mujeres pobres”.
La profesora de La Laguna lamenta, también, que la legislación estatal en vigor excluya a las mujeres en situación de prostitución prostitutas como víctimas de violencia de género. “Se niega la violencia para minimizar daños. No puede haber una verdadera igualdad y democracia si no hay previamente una abolición de la prostitución“.
El pasado año, el Congreso de los Diputados aprobó un informe apoyado por socialistas, populares y CiU que acuerda no regular la prostitución como trabajo por considerar que está “íntimamente ligada al tráfico de mujeres y a la explotación sexual y que no cumple los requisitos básicos para ser considerada un trabajo“.