Gaumet Florido/Canarias7
El médico que desde Gran Canaria introdujo la atención de los cuidados paliativos en España, Marcos Gómez Sancho, dijo ayer que interpretaba la decisión de ponerle su nombre a una calle en Telde «como un reconocimiento a todos los profesionales que se dedican a los cuidados paliativos en Gran Canaria, y más concretamente, a sus compañeros del hospital Doctor Negrín». Pero también aprovechó sus palabras tras el descubrimiento de la placa para despejar una confusión. «No ayudamos a morir, ¡no!; ayudamos a vivir hasta el último instante, estamos con las personas hasta llegar a aquel lugar al que ya nadie les puede acompañar».
La alcaldesa, Carmen Hernández, lo definió como «un gran profesional de la medicina» y «un gran hombre», como «una persona que ha trabajado y se ha dejado la piel durante toda su carrera para garantizar el bienestar de los pacientes». Segoviano afincado en la isla, se licenció en Medicina y Cirugía por la Universidad de Valladolid en 1972 y fue el creador y director de la Unidad de Medicina Paliativa del Hospital El Sabinal. Eso fue en 1989 y él mismo se encargó de recordar ayer que fue junto con otra unidad en un hospital de Vic, en Barcelona, el primer sitio del país donde se implantaron estos cuidados hace 30 años.
«Aquí nacieron los cuidados paliativos en España, algo de lo que todos tenemos que estar extraordinariamente orgullosos», enfatizó en su intervención. De El Sabinal pasó al Doctor Negrín, donde desde la fundación del hospital y hasta su jubilación, Gómez Sancho ocupó la jefatura del Servicio de Cuidados Paliativos del centro. Tras lo que la alcaldesa calificó de «excepcional trayectoria», hoy el homenajeado «se ha convertido en uno de los máximos referentes mundiales en Medicina Paliativa».
El doctor explicó que estos cuidados tienen como objetivo que «las personas que están al final de la vida tengan una atención profesional y humana integral», porque recalcó, «cuando un hígado está mal, no se muere el hígado, sino la persona que tiene el hígado, que tiene miedo». En ese sentido, recordó que el año pasado el Gobierno canario presentó una estrategia en cuidados paliativos que él mismo coordinó durante dos años y que en los próximos tres destinará 4,3 millones de euros para que todos los canarios tengan una atención digna al final de la vida. «Cuando se cumpla, Canarias volverá a estar a la cabeza de los cuidados paliativos en España». Pero admitió que le atormentan «las 75.000 personas que cada año mueren con un sufrimiento intenso y perfectamente evitable si hubieran tenido acceso a estas unidades, eso es una inmoralidad y una indecencia que no se puede permitir».