Inmaculada Medina prometió que los árboles existentes en la antigua carretera general, ahora calle municipal, se respetarían, adaptando la obra al conjunto ya existente en la zona.
Nada más
falso. Varios cipreses con más de ochenta años de antigüedad han sido
talados porque según Inmaculada Medina “molestaban en la acera”.
Repetimos,
nada más falso que esa excusa. Durante décadas los ciudadanos de esa zona han
podido circular por la misma sin mayores problemas y, con la remodelación, lo
iban a poder hacer más fácilmente. No había ninguna necesidad de talar los
mismos.