M. Mederos
La grabación que hizo el empresario Miguel Ángel Ramírez al juez Salvador Alba mostró con crudeza esperpéntica la realidad de la instrumentalización de la Justicia, su politización y los comportamientos delictivos de los propios jueces. Se trata de una situación que va mucho más allá del caso concreto que ahora se investiga en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias. Es un mal que recorre la columna vertebral del sistema judicial español, como ha puesto de manifiesto recientemente el Consejo Europeo a través de del Grupo de Estados contra la Corrupción (Greco) en un durísimo informe en el que acusa a España de no tomar las medidas necesarias para garantizar la independencia judicial.
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http://canarias7.es/articulo.cfm?id=438331