José Losada: "El sistema de relaciones laborales actual es injusto"
Ibón S. Rosales Canarias7
Licenciado en derecho, máster en dirección de empresas. Abogado en Aguilar abogados. Experto en derecho laboral y derecho de la seguridad social. Profesor en la Universidad de las palmas de Gran Canaria.
— ¿Cómo ha evolucionado la calidad del empleo estos últimos años con las reformas laborales de 2010 y 2012?— Se ha deteriorado, no es ningún secreto. Tenemos un empleo tremendamente inestable y de muy baja calidad. Los trabajadores tienen remuneraciones ancladas en el año 2010, 2011 o 2012.
_ Hay muy poca revisión salarial, se han hecho muchos descuelgues salariales para conservar el empleo. No se nota la recuperación de la capacidad económica, lo vemos en los pactos de sindicatos y patronal, proponen incrementos muy moderados, del 1%o el 1,5%.
— Pero, la supuesta recuperación económica, los fantásticos datos de turismo, ¿no son buenos motivos para que cambie la tendencia?
— Desde 2010, muchos salarios estaban congelados o con reducciones, y se han quedado ahí. Parece que ha mejorado algo pero todavía hay incertidumbre. Los empresarios no terminan de animarse ni de creerse que esto sea una recuperación. No tenemos Gobierno central. No es una justificación sino una explicación: Los trabajadores quieren recuperar poder adquisitivo y, en alguna medida, los empresarios quieren ser generosos, pero no se atreven.
— ¿Y qué tipo de empleo es el que se está creando?
— Estamos ante un mercado laboral donde abundan contrataciones a tiempo parcial y de corta duración. Llevamos años destruyendo y destruyendo empleo. Desde 2010, lo único que hemos hecho es destruir empleo o salidas alternativas a través de modificación de salarios y acuerdos pero las sensaciones son muy negativas. Ha sido desolador.
— ¿Se cometen injusticias porque la ley lo permite? Becarios precarios hasta los 32 años, sueldos de 800 euros por una jornada completa, entre muchos otros.
— Más que una injusticia es una cuestión de desviación. Si se aplicasen ese tipo de modalidades para lo que son... Pero en general son figuras desnaturalizadas. El becario no hace funciones de becario sino que sustituye a un trabajador y cobra como un becario. Y eso se ha tolerado desde hace muchísimos años. El problema no es tanto de legalidad sino de cómo aplicamos las leyes.
— En su trayectoria profesional, ¿cuáles han sido los casos más heavys de precariedad laboral con los que se ha topado?
— Como siempre toca a los más débiles. Los casos que más me han marcado han sido de extranjeros ilegales que han vivido situaciones de auténtica esclavitud en los años 90. Trabajaban a cambio de techo y comida, era pura subsistencia. Afortunadamente, a partir de la ley de protección de extranjería la situación ha cambiado y es más civilizada.
— Existe una verdadera resignación social desarrollada en torno al trabajo que lo considera un privilegio y no un derecho.
— Tengo hijos y pienso en lo que dejamos como herencia. Creo que nos estamos autoconvenciendo de una mentira. Es un problema y somos colaboradores. Tiene que haber una involución, reeducar a empresarios y sindicatos. Cambiar desde las bases, para eso es preferible que haya menos trabajo pero de mayor calidad. El otro día El País publicó que en Alemania hay un millón de personas con salarios por debajo del umbral de la pobreza, ¿eso es lo que queremos para España? No estoy de acuerdo con el sistema de relaciones laborales, es manifiestamente injusto. El salario mínimo interprofesional ya no sirve...
— ¿Qué nos depara el futuro?
— Las previsiones son realmente buenas en cuanto al empleo, hay motivos para pensar que las cosas van a ir bien. Es paradójico porque no hay Gobierno. 2017 tiene que seguir yendo a mejor solo cabe mejorar.
— Para eso, ¿hay que cambiar la reforma laboral de 2012?
— No fue una buena reforma laboral, los tribunales se han encargado de corregir muchas cosas y los planes del Gobierno tampoco se han cumplido. La negociaciones colectivas se han quedado estancadas y necesitamos cambiar. No creo que tengamos el sistema de legislación laboral que nos merecemos. Son los jueces quienes han intentado suavizar pero no les toca a ellos, eso es legislar y para eso está el Parlamento. Es necesario debatir las normas de 2010 y 2012, buscar un consenso mucho más amplio.