NATALIA TORRES | Santa Cruz de Tenerife
“Integración precaria” es el término que usan los Servicios Sociales de Santa Cruz de Tenerife para definir la situación de personas o familias de clase media y/o baja que están afectadas por procesos de desempleo de larga duración, y que emplean gran cantidad de sus recursos en el mantenimiento de una vivienda. Ingresos, que tras dos años sin trabajo, se limitan en muchos de los casos a las ayudas que el Gobierno de Canarias o el propio Ayuntamiento de Santa Cruz pueden ofrecer a estas personas una vez que han agotado la prestación por desempleo.
Esta es una situación con la que pueden identificarse a casi 8.000 chicharreros, los mismos que según el Servicio Canario de Empleo (el SCE) llevan más de dos años buscando un trabajo. Estas personas representan el 27% del total de parados registrados en diciembre del año pasado en la capital (28.670) y de las que casi la mitad tienen más de 45 años.