martes, 7 de junio de 2011

AGAETE. Reconciliación. Del 36 a 2011


El pueblo agaetense de La Vecindad de Enfrente disfrutaba el 22 de mayo de una activa jornada electoral. Por sus calles, los vecinos desfilaban hasta las urnas para votar por sus candidatos, sin que nada rompiera la tranquilidad que se vive en pleno Valle de Agaete. Una situación que difiere mucho de la vivida 75 años atrás, cuando 22 republicanos desaparecieron de sus casas de la mano de falangistas, muchos de ellos residentes en el pueblo de San Pedro, situado en la otra ladera del valle. Eran dos localidades bien definidas, una de izquierda -La Vecindad de Enfrente- y otra de derechas -San Pedro-. Con el paso del tiempo, las familias de ambos pueblos se han juntado y viven con un doloroso pasado entre sus viviendas que, con el paso de los años, ha caído en el olvido y no interfiere en sus votaciones ni ideas.

La historia se inició en el año 1936. La Guerra Civil española comenzaba y en el barranco de Agaete el miedo entraba por las viviendas. "Me acuerdo cuando dos hombres, uno falangista y otro alto con una camisa azul, vinieron a mi casa y preguntaron por mi padre; se lo llevaron y desde aquel día no supimos más de él". Quien relata con detalle los hechos es Carmen Sosa Martín, de 95 años, mientras pasea por las sinuosas calles empedradas del pueblo recordando a su progenitor, Juan Sinforoso Sosa Vega. "Eso fue una desgracia", añade Sosa Martín, que aquel día tenía 20 años de edad. Ella era la segunda de diez hermanos que quedaron huérfanos de la noche a la mañana. Los años posteriores los rememora con sufrimiento. "Pasamos mucho trabajo. Íbamos al campo con las sardinas que habíamos pescado para cambiarlo por millo o papas. Hubo mucha hambre". A pesar de la miseria vivida durante décadas, la palabra rencor no existe para Carmen Sosa. Aunque reconoce que uno de los dos hombres que se llevaron a su padre era vecino de San Pedro, "los que lo hicieron ya no están, y ni sus hijos ni sus nietos tienen la culpa", comenta esta agaetense que se tomaba con calma la jornada de este domingo electoral.

A pocos metros de su vivienda reside Juan Jiménez, un septuagenario cuyo suegro, José García Lugo, también desapareció. "Los mismos del pueblo de San Pedro se lo llevaron", apunta Jiménez, quien agrega que su padre "fue llevado a un campo durante dos años, en donde recibió muchas palizas". "Eso ya está olvidado", y coincide con Carmen Sosa que los hijos que quedan vivos "no tienen culpa ninguna". Asimismo, indica que hoy en día no existe "ningún enfrentamiento entre San Pedro y La Vecindad de Enfrente, eso es cosa del pasado"