El tema de los Diálogos de la Casa de Cultura y Encuentro ayer fue la reciente encíclica de Francisco "Todos hermanos". Con todas las medidas sanitarias requeridas vivimos de nuevo la necesidad del encuentro y el diálogo.
Dedicó un primer momento a explicar que, como ante cualquier comunicación, siempre hay que tener en cuenta la persona del autor, que en este caso, además de ser Papa, tiene la cultura de un sacerdote jesuita que viene del cono Sur de Iberoamérica. No señaló esto para decir que necesitemos conocer cada pequeño detalle de aquella espiritualidad pero sí tener en cuenta que es importante que no creamos que porque se expresa en castellano todo significa lo mismo para nosotros. De la misma manera que "lavar la cara" significa cosas distintas en Canarias que en otros lugares de España, la cultura del cono Sur de Iberoamérica no es la misma que la de Centroamérica. Eso es muy claro en la Teología. Más de uno de los asistentes a la charla -dijo- "seguro que tiene libros de Boff o Gutierrez en casa pero ninguno del cono Sur". Se trajo dos tochos del más influyente teólogo argentino (Lucio Gera, muy influyente en Francisco) para recalcar que en España son muy difíciles de adquirir. "Muchas de las cosas que dice Francisco no se entienden sin ese trasfondo teológico". Según Eugenio "en Iberoamérica hay corrientes muy diferentes y por muchas razones, algunas poco conocidas como si los obreros españoles que fueron exiliados a Iberoamérica eran anarcosindicalistas o marxistas; al cono Sur llegan más bien los de talante libertario".
En un segundo momento señaló "lo que considero más importante de esta ponencia". Nos contó una experiencia. Un ponente a un gran grupo de sacerdotes les dijo que seguramente todos recordaban una parábola en que Jesús compara dos formas de construir pero no recordarían por qué contó Jesús dicha parábola. Ayer, en la misma charla, los asistentes volvieron a comprobar lo mismo y tuvieron que coger el móvil para darse cuenta de que Jesús contó la parábola para explicar qué pasa cuando el que escucha las palabras de Jesús no las pone en práctica. El ponente insistió: "He dicho muchas veces al hablar de Doctrina social de la Iglesia (DSI) algo que solemos decir los que la hemos estudiado algo, solemos decir que no se conoce; ahora mismo no digo eso, ahora, gracias a otros y a quien nos contó esto de la parábola, me parece que debemos dialogar que el problema de la DSI es que no se encarna". Es algo muy importante para la vida: Si conocemos una verdad, esta nos entusiasma y la dejamos ahí y no la ponemos en práctica, no la encarnamos, entonces ocurre algo trágico: esa verdad la perdemos. Esto pasa en cualquier ámbito de la vida, sea de nuestra salud física, de nuestros valores o de lo que sea: "Una verdad que aceptamos y no encarnamos la perdemos".
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A continuación preguntó a los asistentes, suponiendo que las grandes diferencias salariales son éticamente injustas, si era más justa la relación laboral que se da entre los trabajadores de una empresa propiedad de los trabajadores como es Global, que la que se da dentro de otros centros de trabajo como puede ser un hospital. Para el ponente, con todos los defectos que se quiera, donde se reducen las diferencias salariales hay concreción o encarnación de amor y justicia.
La tercera y más larga parte de la ponencia fue para ir desgranando algunos de los muchos temas que plantea la encíclica. Pueden verse en este enlace: http://espiral21.com/todos-hermanos-dialogar-es-amar-y-escuchar/