viernes, 20 de noviembre de 2009
El gobierno y los bancos
CRISTÓBAL D. PEÑATE
El Gobierno canario pedirá el año que viene 1.200 millones de euros a los bancos para costear el gasto público que se avecina. La deuda autonómica alcanzará los 3.611 millones de euros a finales de 2010, el 4,5% del PIB.
El vicepresidente del Gobierno y consejero de Economía y Hacienda dice que está preocupado pero no alarmado. No podía ser de otra manera en una persona que vive en una mansión y gana al mes más que varias familias juntas. En todo caso las alarmas sólo las usa para colocarlas en la fachada de su majestuoso chalé.
Los bancos son la salvación de los gobiernos, los cabildos y los ayuntamientos. En realidad son la salvación de los políticos porque sin ellos los partidos a los que pertenecen habrían sucumbido hace ya mucho tiempo.
Es sabida la condonación permanente de las deudas de los partidos políticos por parte de los benefactores banqueros. Todos, menos los ricachones, estamos vendidos a los bancos. El problema es cuando también lo están las instituciones públicas y los partidos políticos.
Si los que teóricamente gobiernan están en manos de los bancos, es evidente que los que mandan no son los políticos sino los banqueros, algo que es muy difícil de asumir en una democracia. Los banqueros no son elegidos por el pueblo y los políticos, que sí lo son, son marionetas en sus manos crediticias.
Por eso a nadie debe sorprender que los gobiernos de turno siempre tengan preferencia y mucha consideración con los banqueros, esos seres cresos y elegantes que visten ropa cara y usan perfumes selectos. Al fin y al cabo son los dueños de sus vidas y haciendas.
Aunque cada día mueren de hambre y enfermedades 17.000 niños en el mundo, los gobiernos no hacen nada por ayudarlos, pero no dudan en prestar sumas incalculables de dinero a los bancos para que el sistema no se desintegre. Viva el capitalismo.