Francisco Pomares
Siglo XXI y ella no sabe lo que es una ONG: el patinazo de la concejala chicharrera hace época. Y más en estos mundos digitales que Internet nos dio. Basta con escribir en Google el nombre de Esther Sarraute para que aparezcan más de cincuenta enlaces de medios de comunicación y blogs que extienden la mancha por el planeta virtual. Una mancha no es solo metafórica, sino gráfica: el video con su desafortunada intervención en el Pleno corre de pantalla y pantalla.Ahí vemos como doña Esther Sarraute, única aportación del soberanista PNC al grupo coalicionero, contesta a una pregunta del concejal Guillermo Guigou sobre los locales municipales que están cedidos a cualquier ONG. Con parsimonia, la concejala contesta que en los archivos municipales no consta que se haya cedido local alguno a ONG; para añadir que sí se han cedido a la Cruz Roja y a otras entidades similares. La respuesta causó bochorno en el pleno, un bochorno agravado por el peripatético intento de la concejala de atribuir la mayor parte de la responsabilidad al funcionario que le había preparado los papeles. Y la mancha acabó de ennegrecerse cuando, para rematar la faena, la señora Sarraute admitió que “quizás seamos los políticos quienes tengamos que leer, revisar y fiscalizar los informes que nos dan”. Jo.
Lo peor del caso es que no se trata de una munícipe de un pueblo de mil habitantes, sin más funcionario que el secretario y dónde no han visto una ONG más que en los anuncios. La concejala Sarraute cobra más de cuatro mil euros al mes y es responsable del patrimonio de la mayor organización gubernamental de la ciudad.