lunes, 23 de mayo de 2016

VALERÓN. La sabia retirada de un humilde

Eugenio A. Rodríguez
Se retira Juan Carlos Valerón. Todos están de acuerdo: Magnífico futbolista y mejor persona. La rueda de prensa fue un monumento a lo que puede llegar a ser un ser humano. Los distintos homenajes nos retratan la grandeza de la humildad.

Y lo primero que hace en su emotiva despedida es dar las gracias. Y al primero que se les da es a Dios. En su “aDiós” la primera mirada es para Dios mismo. El humilde señalando al primer humilde, al que más nos ha enseñado de humildad. No pude menos de recordar la reinauguración de un templo parroquial en que el buen amigo párroco empezó la lista de agradecimientos absurdos y tras el rosario del peloteo dice:”Y -finalmente- a Dios”. Casi le dije “Adiós”. Solo la amistad y la confianza en su buena voluntad me impidieron salir corriendo. Pero casi me caigo del asiento ¡fuerte despropósito! Pero Valerón no: Dios el primero.

Después agradeció a todos. Y a todos por igual. Entrenadores, dirigentes, empleados del club. Todos; y todos por igual. En cierta ocasión, jugando en el Coruña, dijo que cobraran antes los trabajadores que los jugadores. Sin alardear del valor añadido, ni del riesgo, ni de nada. Porque el que pone a Dios primero también pone por delante la verdad. Y la verdad es que lo primero es el trabajo. Para quien Dios es el primero, también el hermanos es primero.

Quisiera destacar que habló también del valor del trabajo en equipo. Expresó con ello lo que ha vivido de manera plena. Formaba parte de su forma de jugar. El equipo es el equipo y sin equipo las estrellas también fracasan. También valoró las dificultades:los descensos, las lesiones; en ellas aprendemos tanto o más que en los momentos buenos. Vivió con alegría pasar los últimos años en el equipo de su tierra, de su gente…. sin buscar los beneficios de hacer negocio por tierras lejanas ni explotar el ser de casa.


Que la humildad lleva a la alegría no es una teoría. Lo hemos visto hecho carne. ¡Enhorabuena Juan Carlos! No entiendo de fútbol y no sé si tu juego queda bien retratado con la palabra magia… pero sí sé que tu persona no es fruto de la magia sino de la fe. Verdadera, eso sí, verdadera.