Manuel Hernández no hace más que analizar una ingente cantidad de documentos, muchos inéditos, para concluir que fue el propio Secundino Delgado, con sus escritos, el que manifiesta «su idea política real» que, apunta el profesor de la ULL, «dista mucho del mito» sin que quede, no obstante, denostada.
Secundino Delgado puso negro sobre blanco que era «libertario antes que nacionalista» y sus textos y planteamientos reflejan, dice Manuel Hernández, que estaba «a favor de la liberación de los pueblos, pero como un paso hacia la liberación social».
Pero es más, tras su regreso a Canarias después de emigrar con solo 14 años a Estados Unidos, donde trabajó como herrero en Cayo Hueso y luego de tabaquero en Tampa, donde la influencia del anarcocomunismo le llevó a participar de lleno en los movimientos independentistas cubanos, desde allí y desde Venezuela, y de ver cómo se perdió la guerra de Cuba, Secundino Delgado se sitúa en «planteamientos más autonomistas que independentistas, reclamando una mayor autonomía de Canarias en relación a la Metrópolis», dice Hernández, quien recuerda la frase que publicó en el último número de El Guanche, en 1898, titulado Tregua donde sentenciaba que abandonaba la lucha porque no merecía la pena «cambiar de cadenas para seguir con cadenas nuevas».