Félix Rojas/facebook
Ante esto, no hay palabras. Y sobre todo que es lo que este gobierno
quiere ocultar y que evita por todos los medios que los ciudadanos lo
contemplen. Pero sucede no en el Tercer
Mundo, sino aquí en Santa Cruz de Tenerife. Son los exteriores de un
supermercado en un barrio señero de esta ciudad, donde al caer la tarde y
cuando salen los empleados a tirar las sobras, ya hay personas
preparadas para rescatarlas y llevarlas a sus casas, porque si hay algo
que no perdona ni distingue es el hambre. Y lo que es peor, no puede
esperar a estudios, comisiones, análisis y ya veremos cuando Madrid
mande el dinero.