JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Constructoras, comerciantes, autónomos, familias, ONG… Sólo unos pocos privilegiados parecen haber escapado de las terribles zarpas de la crisis económica, que desde dos años sacude a tres cuartas partes del planeta. En España, y a pesar de que el Gobierno socialista se empeñó en pasar de puntillas sobre el término maldito, han proliferado las medidas de choque para paliar una situación que está ahogando a muchos ciudadanos y que amenaza con prolongarse en el tiempo. Y el oficio más viejo del mundo no es una excepción.
No en vano, según alertan algunas de las entidades que trabajan en la atención a estos colectivos en exclusión, en los dos últimos años ha ido creciendo de forma progresiva el número de personas asistidas, fundamentalmente en la calle.
Por ejemplo, Médicos del Mundo (MdM), que es la ONG que atiende a más mujeres que se dedican a la prostitución en Canarias, asiste en estos momentos a un 25% más de chicas que en 2009, un total de 1.330 (contabilizadas hasta septiembre). De ellas, 718 son nuevas o, en su defecto, no habían demandado ayuda hasta ahora a la organización.