sábado, 21 de mayo de 2011

"Espero obtener la minusvalía antes de que me manden al tanatorio"

TACHI IZQUIERDO, Tenerife

A sus casi 82 años, Alfonso Hernández se resiste a asumir las cosas tal y como le vienen o, mejor dicho, tal y como se las proponen. Ahora lleva justo un año esperando por una respuesta a la solicitud que presentó ante la Dirección General de Servicios Sociales del Gobierno de Canarias para que se le ampliara el grado de minusvalía que tiene designado desde el año 2006, que como consecuencia de una operación se situaba en el 42% y que en la actualidad, asegura, "por el paso del tiempo, es más que seguro que ha de ser algo superior".

A pesar de que está operado del pulmón y respira con uno solo de estos órganos, a Alfonso no le falta aliento para reivindicar lo que considera le corresponde "y es justo", pues explica que "ahora me ha surgido un problema de espalda, del que me dicen que me han de operar, pero me siento cada vez peor y creo que estoy en mi derecho de exigir aquello que mejore mi situación en lo sanitario y, por qué no, en lo económico".

En mayo del año pasado, cuando presentó el escrito, explica que en al administración le dijeron que su solicitud tardaría unos seis meses en obtener una respuesta, pero comenta que esa estimación "se ha multiplicado por dos", pues asegura que "ya ha pasado justo ahora un año y aún no sé la respuesta a una situación que, de derivar de una ampliación del grado de minusvalía que padezco, tendría beneficios sociales y crematísticos de los que no he podido venir disfrutando porque aún no se resuelve esta situación".

Alfonso Hernández comenta que en su solicitud quizá cometió en error, ya que su número de teléfono lo facilitó sin un dígito, pero puntualiza que quizá si esta es la excusa para no responder, tal vez no sea válida, "puesto que han mantenido un silencio administrativo y esto se solventaría si hubiera buena voluntad, ya que, entre toda la documentación que entrego, que me piden originales y sus fotocopias, está mi dirección completa o el teléfono en la guía".

Este capitán mercante retirado explica, con un alto sentido del buen humor, que "a mí me quedan tres telediarios, y no sé a qué está esperando esta gente para responderme, pues me hace falta que me reconozcan la minusvalía antes de que me manden al tanatorio, así de sencillo". Después, asegura, "no me vale, puesto que lo lógico es que a estas edades las cosas se resuelvan lo antes posible".

El empeoramiento de su estado es solo achacable a la edad, como se lo han indicado los propios médicos, pero Alfonso Hernández se resiste a que la edad sea una excusa para que este segmento de la población no reciba la asistencia que se merece y a la que tiene derecho, pues asegura que, "de los que estamos ahí, soy un juvenil y aquello parece una exposición de bastones". Con energía reclama que "a esta gente hay que darles una respuesta".

Explica que ha querido manifestar públicamente su caso porque es consciente de que el 99% de las personas de mi edad o próximas "están peor que yo, y con muchos de ellos pasarán incluso de darles una respuesta, pero yo me resisto a que nos siga pasando esto, porque tengo una norma, que es que lo escribo y digo, lo hago poniendo mi nombre y apellidos, para que los señores de la administración sepan que no tengo miedo a las represalias".