TERESA CÁRDENES
Hay muchas maneras de abochornar a los ciudadanos. La menos selecta e indignante, apropiarse de sus derechos y sus libertades para abofetear a su amparo la inteligencia y los sentimientos colectivos y escupir sobre el marco constitucional. A las nueve y media de la mañana de este viernes 9 de octubre, toda España miraba hacia Canarias para descubrir, en un acuartelamiento de
Pues bien, como ni el duelo respeta, el viernes, esta vez con el pretexto de que el Consejo de Ministros había elegido Gran Canaria para aprobar su Estrategia Integral para las Islas, un editor ya conocido por su desquiciado empeño en dinamitar los ejes más elementales de la convivencia, aprovechó para declarar la independencia de las Islas (siete menos una, ya saben), instrumentalizando hasta la caricatura aparentes iconos de la canariedad que él, cuya imaginación es tan magra como su inteligencia, sorroballa ridículamente en su pretensión de erigirse en portavoz de una Canarias nueva y libre.
"Canarios sí, pero sin jaula", proclama el pretendido patriota. El mismo cuyos principios democráticos son tan, tan firmes, que un día proclama el advenimiento de
Porque, ¿es de verdad don Pepito un valedor de la independencia canaria? ¿Puede alguien creer en serio que este personaje que ha basado durante años su discurso en una patológica obsesión con Gran Canaria, porque (casualmente) así convenía al partido que históricamente le ha reído las gracias, tiene la menor idea de lo que significa el soberanismo? ¿De verdad piensa este aprendiz de cubillismo que es creíble esa pose de padre de la patria canaria, que en su histrionismo hace despeñar por el precipicio del ridículo hasta el legítimo derecho a pensar en clave de autodeterminación?
Si bien lo realmente lamentable de este cutre espectáculo es la tibieza con que, desde la política que cobardemente teme su venganza mediática, se consiente la enloquecida espiral del personaje y sus vergonzantes libelos, tanto más inquietante cuanto mayor sea la escalada del paro y la desvertebración social en Canarias.