Los ciudadanos del Norte se habrían ahorrado más de 65 millones de euros desde el año 2002 si se hubiera duplicado el tramo Arucas-Pagador por la costa licitado hace ahora una década.
Jesús Quesada
¿Cuánto dinero le ha costado al Norte que su corredor viario con la capital siga teniendo un embudo entre Arucas y Guía? Calcularlo no es sencillo, pero partiendo de un dato aportado a la Justicia por el Gobierno canario, las pérdidas podrían elevarse a más de 65 millones de euros.
La paralización del ensanche a cuatro carriles realizado hace ya cinco años entre la rotonda de Bañaderos y El Pagador, que reclamaron los vecinos de San Andrés, habría originado «unas pérdidas de no menos de 30.000 euros al día» a los ciudadanos del Norte, según un informe del ingeniero director de esa obra en el que se basó el Gobierno regional para pedir a la Justicia que impusiera a esos vecinos una fianza de casi 40 millones de euros si suspendía cautelarmente las obras. Ese es el dinero que hubiera costado una decisión judicial que nunca se produjo, decía en 2002 la Consejería de Obras Públicas del Gobierno regional, tras multiplicar esos 30.000 euros al día y los 6.600 diarios que hubiera tenido que pagarle al contratista por los tres años de media que tarda un contencioso administrativo.
Si tenemos en cuenta que la duplicación de la carretera del Norte que va del enlace de Arucas a El Pagador se licitó en 1997 con un presupuesto de 30 millones de euros y un plazo de ejecución de 36 meses, que la adjudicación estaba lista en 1998 y que de haberse ejecutado esa obra ese tramo podría haber tenido dos carriles por sentido desde el año 2001 (de cumplirse los plazos), el Norte podría haberse ahorrado esos 30.000 euros diarios desde entonces. Contando desde el 1 de enero de 2002 e incluyendo el presente 2007, al que le quedan dos meses y medio, el importe de las pérdidas durante esos últimos seis años se eleva a más de 65 millones de euros (65.700.000), a razón de casi once millones anuales (10.950.000).
Cuando el Gobierno canario ya tenía preadjudicada la duplicación de la carretera de la costa, el Ayuntamiento de Arucas decidió modificar el trazado por Bañaderos, Quintanilla y San Andrés y desviarlo hacia el interior para no plantar una autovía de cuatro carriles en su plataforma costera. El expediente de modificación del trazado retrasó el inicio de las obras hasta octubre de 2000, fecha en la que el TSJC suspendió la ejecución de la variante de Bañaderos por «interés público» después de que la primera declaración de impacto desfavorable que emitió la Cotmac en octubre de 1999 y que consideró «ambientalmente inviable» ese proyecto se convirtiera el último Día de los Inocentes del siglo XX en otra declaración favorable condicionada.
Calculando que si se hubiera construido la variante de Bañaderos, cuya ejecución se suspendió hace ahora siete años, justo cuando estaban a punto de comenzar los trabajos, el cálculo de las perdidas se debería hacer a partir del 1 de enero del año 2004 dejándole 36 meses a la adjudicataria para la terminación de las obras. En este supuesto, el gasto de más que han hecho los norteños sería de casi 44 millones de euros (43.800.000).
Otros costes.
A las pérdidas de vecinos y empresas del Norte originadas por el retraso en la transformación de ese corredor viario en una autovía de cuatro carriles, hay que sumar el dinero que ha invertido desde entonces el Gobierno de Canarias para intentar solucionar los atascos que se producen en ese tramo y para iniciar un nuevo proyecto de la variante.
Sólo el ensanche hecho entre Bañaderos y El Pagador, el adjudicado entre Arucas y Bañaderos y la redacción del proyecto de la nueva variante cuestan 20 millones de euros.
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