miércoles, 13 de junio de 2007

CANELA FINA. EXTORSIÓN

Carmen Merino
Las Palmas de Gran Canaria
Yo a esto no lo llamo negociación, sino extorsión, y el Real Diccionario de la Lengua Española me da toda la razón: «Presión que, mediante amenazas, se ejerce sobre alguien para obligarle a obrar en determinado sentido». Y no es que me escandalice, en la política canaria se ha visto de todo, sino que no me cuadra con la nueva forma de hacer política, con la decencia y la defensa del interés general por encima de cualquier objetivo personal o partidario que nos prometió el candidato socialista. Me refiero, por supuesto, al ofrecimiento que ha efectuado el PSC a CC. Un Estatuto de máximos como el que salió del Parlamento de Canarias, la inhibición de los grupos socialistas en las Cortes para formular enmiendas propias ?todas serán negociadas con la patética representación de CC en aquellas cámaras? y la incorporación de las nuevas competencias a incluir en una nueva Lotraca al propio texto estatutario mediante la cesión de competencias exclusivas del Estado que contempla el artículo 150.2 de la Constitución española. Todo eso, además, antes de que finalice la legislatura estatal, que en la práctica se agota el próximo mes de diciembre. Y, por supuesto, descartando de antemano la antes necesaria participación del PP. No me parece mal que los socialistas retiren sus prevenciones hacia el texto que sus compañeros pactaron en Canarias con CC. Al contrario. Eso entra dentro de la lógica. Lo que repugna a mi inteligencia, poca o mucha, es que sólo lo hagan para hacer presidente a Juan Fernando López Aguilar. Y que adviertan con toda la caradura del mundo que si no hay un acuerdo entre PSC y CC para gobernar conjuntamente en Canarias, la oferta estatutaria quedará en agua de borrajas y el Estatuto canario volverá a enfrentarse a dificultades en el Congreso y al retraso subsiguiente en su aprobación. Va a ser verdad que los socialistas le tienen muy poco respeto a España, sea ésta la cosa que sea y tenga los límites que le queramos unos y otros poner. Su idea de España está en función de sus necesidades coyunturales, como se desprende de lo poco que les importa su cohesión territorial, y al fin y al cabo social, y lo motivados que están a utilizar los mecanismos que ponen en sus manos las reformas estatutarias para negociar su posición partidaria en las distintas autonomías. Lo hicieron en Cataluña y, a tenor de las negociaciones en marcha con CC, están dispuestos a hacerlo también en Canarias para no permitir que López Aguilar se quede en la oposición a la espera de destino. Es posible que CC sólo haya utilizado el Estatuto para poner en apuros al PSC. Y hasta cabe dentro de lo imaginable que los socialistas finjan ceder con el autogobierno para demostrar que los nacionalistas no iban en serio con ellos porque ya han negociado un pacto con el PP. Peor me lo ponen todavía. Vacilarle al ciudadano no es una nueva forma de hacer política. Es la de siempre.

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