Viven presos del vertedero, condenados a no abrir puertas y ventanas. En Tablero de Gonzalo, la clausura del vaso de vertidos no ha mejorado sus condiciones de vida. Todo lo contrario. Los vecinos se quejan de que al quedarse la montaña de basura al aire, las plagas se han multiplicado.
En Tablero de Gonzalo, el popular flis es un producto de primera necesidad. No hay lista de la compra que no lo incluya. «Hasta seis me gasto al mes», explica Lali Santana, una de las afectadas por la invasión de moscas, ratas, cucarachas y hasta lagartos que proviene del vertedero de Salto del Negro. La situación ha empeorado desde que se cerró el vaso de vertido hace un mes. «Como ahora, no habíamos sufrido esto nunca, y lo de los malos olores es algo asombroso», apunta a su lado Amalia Rodríguez.