M. GÓMEZ, S/C de Tenerife
No hace mucho que las aulas canarias recibían sin cesar alumnos procedentes de otras regiones del mundo. El número de estudiantes foráneos se multiplicó prácticamente por cuatro en los primeros nueve años de la década pasada. Pero esto ha cambiado. El curso 2009-2010 marcó el cambio de tendencia. A partir de entonces la cifra comenzó a reducirse, primero lentamente y luego con más intensidad. El resultado: cuatro mil alumnos menos en solo tres años.
La crisis ha incidido con fuerza en el colectivo inmigrante. Aunque los datos oficiales -los del Instituto Nacional de Estadística (INE), por ejemplo- aún no lo reflejan, muchos han optado por regresar a sus países ante el deterioro de la situación económica y del mercado de trabajo en España y, en particular, en Canarias.
En el curso 2009-2010 había 33.250 extranjeros cursando estudios no universitarios en el Archipiélago. En el que arrancó el pasado mes de septiembre son 29.191, según cifras de la Consejería de Educación a las que ha tenido acceso este periódico. Y todo indica que la tendencia descendente continuará durante los próximos años.
A Juan Francisco Martín, catedrático de Geografía Humana de la Universidad de La Laguna (ULL), el dato le parece verosímil. A su juicio, el retorno de los inmigrantes a sus países ha sido "realmente espectacular", en especial en el caso de los de origen latinoamericano, los más numerosos. Martín considera que las previsiones del INE sobre el éxodo de extranjeros "se quedan cortas".
Este organismo contempla que Canarias seguirá presentando hasta 2021 un saldo migratorio exterior positivo -más llegadas que salidas-, pero el profesor de la ULL discrepa. De hecho, percibe que el saldo ya es negativo.
La explicación para este desfase entre la realidad y su plasmación estadística es que "los que se van muchas veces no se dan de baja" y, por lo tanto, siguen registrados como residentes. "Bastante atosigados están ya tratando de conseguir billetes baratos y organizando el viaje como para hacer esos trámites", argumenta Martín, quien sentencia: "Por esta razón no hay datos fidedignos del número de retornos".
Los bolivianos constituyen el colectivo que está regresando en mayor número, "casi masivamente". También lo hacen peruanos, colombianos y ecuatorianos. El fenómeno adquirió especial intensidad desde el año 2010. Hasta ese momento, "aguantaron como pudieron", según el geógrafo, pero cuando la mayoría se quedó en el paro y agotó sus prestaciones por desempleo optaron por volver a su tierra.