El milagro económico canario, denominado como la década prodigiosa a la que reiteradamente alude el presidente Paulino Rivero fue gracias a la inmigración, lo que contradice sus propias tesis de que el crecimiento económico desmesurado ha sido la causa de que los índices económicos sean más negativos. Así lo confirma el informe elaborado por la Dirección General de Política Regional de la Comisión Europa.

“Es decir, no ha sido el factor demográfico el responsable del lento avance de la producción y la renta por habitante en Canarias. El principal factor de la creciente divergencia económica es el descuido de la productividad”, confirma el documento elaborado desde Bruselas.
Según el informe, “el mayor ritmo de avance registrado en Canarias en la proporción que representa la población total fue el único factor de convergencia con el que contó la economía canaria” durante los tres lustros de crecimiento vividos desde mediados de la década de los 90 del siglo XX.
Sin embargo, este factor demográfico “no fue suficiente para propiciar el acercamiento del PIB por habitante al nacional” porque “fue la productividad el principal factor responsable del distanciamiento observado”.
“De esta manera, la dinámica de la productividad en el Archipiélago no solo impidió la convergencia hacia los estándares de renta nacionales sino que, de no haber sido por los factores laborales y demográficos, el crecimiento del PIB por habitante canario hubiese sido negativo”, se afirma en el documento.
Concretamente, el retroceso de la productividad del factor trabajo en Canarias detrajo un 11,3% al crecimiento real del PIB desde 1995 a 2007. Expresado en otros términos, el informe concluye que “el mal comportamiento de la productividad ha lastrado el avance real del PIB por habitante canario en más de un 60% entre 2000 y 2007”.