Saro Bolaños murió a las cinco y media de la tarde de este jueves en su casa de Casa Pastores, en Santa Lucía de Tirajana, acompañada de su único novio y marido, Carmelo Ramírez, de sus hijos, Sara, Pablo y Alberto, de sus hermanos y de otros familiares y amigos. Se despidieron de ella un poco antes sabedores de que acababa la vida intensa de una mujer luchadora, significada activista por los derechos de los saharauis y comprometida en mil causas sociales.
Los que la conocieron y conocen al matrimonio saben que Saro fue siempre el sostén de la actividad política de Carmelo Ramírez, en la actualidad dirigente de Nueva Canarias, desde que ambos militaron en Asamblea Canaria.

Sus restos serán velados en el tanatorio de Vecindario a partir de la última hora de la tarde de este jueves. El entierro será mañana viernes, 8 de febrero, a las 18.30.