"Al anochecer, miles de aspirantes a inmigrantes empiezan a congregarse a cada lado del cañon, en un risco que domina el acueducto seco, que es la frontera real. Cuando el sol se pone, corren por el cañón, superando en número a los agentes de la Patrulla Fronteriza. Es la ley de las cifras: pasan más de los que caen. Y aunque te atrapen, siempre hay un mañana.
Quizá.
Porque los bandidos de verdad esperan en el cañón como depredadores al rebaño de mojados. Eligen a los débiles y a los heridos. Roban, violan y asesinan. Se llevan el escaso dinero que pueden tener los ilegales, arrastran a sus mujeres hacia los arbustos y las violan, y a veces les rebanan el pescuezo.
De modo que si quieres ir a recoger naranjas a Estados Unidos, tienes que superar el obstáculo de Coyote Canyon. Y en medio del caos, entre el polvo de mil pies que corren, en la oscuridad y entre los gritos, disparos y hojas centelleantes, con los vehículos de la Patrulla Fronteriza rugiendo arriba y abajo de las colinas, como vaqueros intentando controlar una estampida (como así es), se hacen muchos negocios a lo largo de la línea." Fragmento del libro "El poder del perro"