martes, 1 de julio de 2008

EL TEMA TABÚ


Luisa del Rosario
La amenaza de un pequeño recorte presupuestario en la industria pública del espectáculo, por ejemplo la eliminación de una compañía de ballet o el descenso de dos céntimos en el presupuesto de festivales «consolidados», desata la más colérica reacción por parte de los intelectuales de la izquierda transgénica. En cambio, el progresivo desmantelamiento de Guaguas Municipales no suele merecer una sola línea por parte de las más destacadas de nuestras lumbreras. La razón no se encuentra en la naturaleza de los objetos: en términos relativos, es más deficitario el teatro Pérez Galdós (900 usuarios el día que hay función) que la empresa Guaguas Municipales (125.000 usuarios diarios).
Tal vez la razón haya que buscarla en el hecho cierto de que nuestros intelectuales de la izquierda transgénica reciben sus ingresos del sistema cultural y no del servicio de transporte urbano, por lo que les sale más a cuenta mirar por el primero (al fin y al cabo es su negocio) y dejar la defensa del segundo a los chóferes y los usuarios.
Cuando alcancemos la tan ansiada ciudad del espectáculo habrá que reconocer los servicios de esos intelectuales de la izquierda transgénica que, como afirma el filósofo Juan José Sebreli, olvidaron su compromiso con la razón y se arrojaron a los brazos de las teorías irracionalistas consustanciales a la derecha.