lunes, 14 de enero de 2013

HAY EMIGRANTES Y EMIGRANTES. SIGUE HABIENDO CLASES

OCHO MUERTES QUE SE DEBEN INVESTIGAR
Juan G. Luján

Imagine usted que un grupo de turistas alemanes y suecos van en una guagua desde el aeropuerto en dirección al sur de la isla a las 2 de la madrugada. Imagine que la guagua pisa una línea continua. Imagine que la guardia civil es avisada de que una guagua con 25 extranjeros acaba de cometer una infracción administrativa, y acude en dirección a la guagua para pararla y sancionar a quienes van el ella, sobre todo a su chófer.

Pero la furgoneta de la guardia civil no es una furgoneta, sino un gigantesco camión mucho más alto que la microguagua de 25 plazas. Y en cambio se estampa contra la guagua. Siete europeos muertos. Sólo se recupera un cadáver por el momento, el resto sale disparado y no pueden ser identificados ni localizados. La guardia civil lleva a los supervivientes a una cárcel que llaman Centro para Turistas, se inicia un proceso de expulsión a Alemania y Suecia de los supervivientes mientras se investiga quién era el chófer de la guagua.

Hasta ahora, todo muy normal, ¿no? Unos señores que pisaron una línea continua (falta administrativa), detenidos y expulsados a su país. Sí, todo muy normal. No me diga que exagero. Que eso es imposible que ocurra. Está pasando en su país. Le voy a dar más datos. Aunque le reconozco que he manipulado sólo dos. No eran alemanes ni suecos, eran africanos. No iban en una microguagua. Era una barquilla más frágil aún. Pero la diferencia entre el camión gigante y la microguagua sería la misma. Y no fue una línea continua (que en un cambio de carril brusco en la autovía puede ocasionar problemas contra la seguridad de otros), la sanción se debe a que iban a entrar en Canarias sin la documentación necesaria. Pero con eso no ponían en peligro más que su propia vida.

Ocurrió en la costa de Lanzarote la madrugada del pasado 13 de diciembre. La barquilla había salido unos días antes de Sidi Ifni en la costa marroquí. En Teguise, a las 15 horas del 12 de diciembre la guardia civil ya había recibido un aviso de que una barquilla se dirigía hacia la costa canaria. Hubo tiempo suficiente para avisar a Salvamento Marítimo que dispone de embarcaciones más adecuadas para un rescate que la patrullera de la guardia civil. Tiempo suficiente para comprobar que se disponía de zodiac en condiciones técnicas. (...)