miércoles, 22 de agosto de 2007

ATADOS EN UN CAYUCO

Nunca más volveré a subirme a un cayuco. Ni rezar me ayudó -dice el musulmán Mamadou Coulibaly- no ves como salvarte, sabes que vas a morir.

Salió de Mauritania donde debe 1.400 euros, tras aportar el sueldo de su padre de un años y lo conseguido con la venta de sus vacas. Su padre murió (¿) quince días después de ser hospitalizado Mamado.

Viajamos atados con una soga al cayuco para no movernos y evitar caernos al mar, eramos muchos, algunos murieron en el viaje y los tiramos por la borda. A los pocos días de salir no teníamos agua ni comida. No podíamos movernos de nuestro sitio porque si lo hacíamos perdíamos espacio. Los demás te pueden desplazar y acabas en el agua. Vi a un amigo morir.

Perdió ambas piernas por la infección que le causó la fricción de la cuerda. En el hospital se las amputaron para salvar su vida..

Este guineano de 24 años quiere trabajar para pagar la deuda de 1.400 euros que contrajo en su país. Hoy se traslada en silla de ruedas.