jueves, 1 de mayo de 2025

Un primero de mayo pluralista

En Las Palmas de Gran Canaria la manifestación del primero de mayo ha sido unitaria. Buena cosa. Que haya varias manifestaciones es algo que debilita a los trabajadores. Hombres y mujeres. De todas las edades y con más jóvenes que otras veces. Migrantes -aparetemente al menos- no muchos, De diferentes lugares de la isla. Juntos.

Calculo que éramos cientos de personas, desde luego miles no. A muchos les parece poco. Es posible que la mayoría estuviera trabajando, se decía y muchos s que otros estaban saliendo a la playa y muchos seguramente aprovechando para pequeños arreglos. Desde luego que los grandes sindicatos se han ganado a pulso las reticencias de muchos. De hecho desde la propia manifestación se coreaba “Comisiones y ugeté sindicatos del poder”. Más bien lo decía gente joven, los veteranos quizá se hayan cansado y no griten, no lo sé, pero si sé que la cosa merecería un buen diálogo.

Lo más significativo puede que sea que se ha alcanzado un buen pluralismo. El grueso lo formaban las banderas de UGT y CCOO, tan monocolor todo que a veces parece más banderas que llevan personas que personas que llevan banderas. Pero bien, yo al menos prefiero ir en la misma manifestación. Detrás un buen número de asistentes de USO, Co.bas, algunos comunistas de UCE (Me extraña la ausencia de otros comunistas conocidos), Saharauis, Palestinos, Cáritas, HOAC e Iglesia por el Trabajo decente, Podemos, PACMA, Kelly’s, Derecho a Techo, CNT… Es interesante que junto con los problemas típicos de los trabajadores aparezca el gran problema de la vivienda.

Lo más interesante es ver que hay más gente “joven”. Aquí llamo jóvenes a los que están empezando su vida profesional. Hubo unos años en los que en este tipo de actos parecíamos de los años setenta pero hoy había suficientes jóvenes. Además estos jóvenes (no tan jóvenes en realidad) coreaban propuestas muy bien pensadas. Hubo también una época en que la parte juvenil de estas manifestaciones una pelín “colocada”. No es así hoy por hoy. Convendrá dialogar más unos con otros porque, por ejemplo, respecto del trabajo y la vivienda las alusiones a la patronal y al rentismo eran tan combativas como bien reflexionadas.

Tuve el placer de pertenecer al grupo de díscolos que se atrevieron a ser críticos con los críticos. Hubo hasta quien nos mandaba callar desde los cómodos asientos de una terraza. Me alegro de que no pasé como en tiempos de Vallé Inclán, cuando una manifestación significaba cerrar todos los establecimientos. Mejor como es hoy aunque echemos de menos un mayor respeto por los de las terrazas.

La manifestación tenía megafonía de sobra y se oía bien el Manifiesto, como es lógico, pero la clase bien pensante es así, siempre ha pedido que se les hagan las solicitudes con respeto y sin molestia alguna. Antiguamente había que poner una “póliza” pero hoy los jóvenes ni saben que es eso. Y no hicieron caso. Pusieron así un contrapunto, armónico en el fondo como todos los contrapuntos. Y muy bello. Sigue siendo verdad: “Es imposible matar la belleza”.