
La mediocridad y la osadía se dan la mano, y representantes que están para hacer cumplir la ley y dar ejemplo a los ciudadanos se dejan arrastrar por la corriente malcriada instalada en la vida pública, y cargan contra los acuerdos de los diputados, que ocupan el piso alto de la democracia.
“Pido respeto al Parlamento”
La presidenta de la institución, Carolina Darias, e invoca “mesura y sentido institucional”. Todo un aldabonazo a la conciencia de todos los canarios, de todos los partidos y de todas las instituciones de nuestra comunidad. Aclaremos: es el Parlamento, no la chusma. Y quien entra en sus salones y toma la palabra deberá llevar aprendida la lección: “Deja aquí todas tus bajas pasiones y solo entra acompañado de tus buenas razones”, reza el frontispicio del Parlamento austríaco.
Nunca resultó más desleída y ninguneada la condición institucional del diputado regional en estas islas. Nunca su papel fue más cuestionado, debatido y, lo peor, rebatido en instancias de inferior rango institucional. Nunca en la política canaria se alcanzó mayor grado de incultura democrática, de ignorancia.