viernes, 22 de julio de 2016

La calle del 'alcalde de Lomo Apolinario'


Amparo R. Montero

A José Suárez García le conocían popularmente como 'el alcalde de Lomo Apolinario', no por su pasión por la política, con la que también coqueteó un tiempo, sino porque estuvo en la trinchera vecinal la friolera de 53 años. Toda una vida de idas y venidas a las Oficinas Municipales que se tradujo en logros que él mismo enumeraba con orgullo antes de terminar con la coletilla que tanto le caracterizaba: "La bendición, mi hijo", y que a día de hoy todavía muchos recuerdan. A su muerte, el pasado 20 de noviembre de 2014, dejó tras de sí a una familia y a un barrio que le venera y en el que logró que se pusiera el nombre a 18 calles. Desde ayer, por fin, él también cuenta con la suya propia en esa zona del distrito Centro donde todavía Pepucho sigue siendo una institución.

La plaza situada entre las vías Bienvenido Pampliega Tovar y Párroco Ramón González Guedes que ahora lleva el nombre del líder vecinal, fue el lugar de encuentro para los que quisieron ser testigos de un momento histórico para el Lomo Apolinario. La familia del ya fallecido Pepucho estuvo arropada por numerosos vecinos. Su nuevo representante, Aridane Navarro, fue el primero en tomar la palabra ante los presentes. Entre ellos se encontraba el alcalde, Augusto Hidalgo, los concejales del distrito y de Alumbrado y Aguas, José Eduardo Ramírez y Roberto Santana; así como los ediles de la oposición, Carmen Guerra (PP) y David Suárez (Unidos xGC) y la anterior responsable de la demarcación, María Amador (PP), con quien se inició el proceso para renombrar la calle, tal y como recordó Navarro.
Acto seguido, el nieto de Suárez García, Ciro Cabrera, agradeció entre lágrimas el que considera como un homenaje a su abuelo. El último en intervenir fue el regidor municipal, quien contó que conoció personalmente a Pepucho hace una veintena de años. "Siempre andaba por el Ayuntamiento con papeles bajo el brazo, era más fácil verlo a él que a un concejal del gobierno en las oficinas municipales", bromeó Hidalgo. "Pepucho era un hombre justo que defendió los derechos de los vecinos de Lomo Apolinario hasta el último minuto", concluyó el alcalde.
El momento más emotivo del encuentro se vivió después de escuchar las folías que la agrupación Recuerdos del ayer le dedicó al homenajeado. Acompañada por Augusto Hidalgo, la viuda de Pepucho, Josefa Rodríguez Acosta, descubrió la placa que da nuevo nombre a la plaza. Fue entonces cuando las decenas de personas que allí se encontraban rompieron en aplausos y alguna que otra lágrima recorrió varios rostros. Se nota que su barrio le quiere, y no es para menos.
Porque cuando Pepucho, que nació en 1930 en Las Alcaravaneras, llegó con 26 años al Lomo Apolinario se encontró una zona en la que apenas "había cuatro casas, todo eran barrancos y estanques y el barrio estaba completamente abandonado", aseguraba en una entrevista a este periódico en 2010. Fue el mismo día que "colgó las botas" oficialmente después de más de media centuria de una lucha que había comenzado en 1957, creando la asociación de vecinos Tabona que, al igual que el resto de la ciudad, no estuvo legalizada hasta 1970. Aquella década se caracterizó por el movimiento vecinal del que Pepucho ya estaba de vuelta con tantas visitas a las Oficinas Municipales cargado de papeles bajo el brazo para abogar por los de su barrio.
Gracias a él, muchos vecinos tienen agua y luz en sus hogares y tal y como él mismo enumeraba, consiguió que el Lomo Apolinario tuviera la cancha y el parque infantil. También fundó el equipo de fútbol Apolinario, por no hablar de que logró que el alcalde de la época, Emilio Mayoral, les diese 25 millones de las antiguas pesetas (150.000 euros) para el centro cívico que también lleva su nombre. En 1993 se convirtió en concejal del Centro Canario Nacionalista (CCN) en el Ayuntamiento capitalino, pero duró tan solo dos años porque lo suyo era la lucha por los que compartían vida con él en su querido barrio.