
La conclusión es clara: las comunidades autónomas más urbanizadas y desarrolladas y las volcadas en el sector turístico tienen que enfrentarse también a precios más altos, lo que cambia de forma importante el mapa de la pobreza en España.
"Las regiones más pobres o con menos turismo soportan costes de vida más reducidos, lo que hace que comparativamente la incidencia de la pobreza en ellas sea más baja. Es decir, con rentas más bajas se pueden mantener ciertos consumos mínimos que son imposibles en las regiones más ricas o turísticas", argumentan los autores del estudio, los investigadores Fernando Rubiera, Elena Lasarte y Esteban Fernández, de la Universidad de Oviedo.