jueves, 13 de marzo de 2014

Brasil impulsa un cable antiespionaje con Europa a través del Archipiélago



La lucha de los países de Sudamérica y Europa contra el espionaje en las comunicaciones por parte de Estados Unidos (EEUU) pasa por Canarias. La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, promueve un gran proyecto capaz de evitar los pinchazos de los estadounidenses. La solución pasa por un cable submarino de fibra óptica de conexión con Europa a través de Tenerife. La canciller alemana, Angela Merkel, que también fue víctima de las escuchas de los norteamericanos, comparte la misma idea que Rousseff: crear una red de datos, un tráfico de información entre América y Europa limpio, a través de un sistema que esquive al Servicio Nacional de Seguridad (NSA en sus siglas en inglés) de EEUU. Y Canarias en este proyecto es clave, como base tecnológica intermedia, para salvaguardar la confidencialidad de los correos, conversaciones y mensajes que viajan por internet de un lado a otro del Atlántico.
Durante la cumbre UE-Brasil celebrada esta semana en Bruselas, Rousseff decidió impulsar el proyecto que usará Tenerife como puente geoestratégico para burlar los pinchazos de EEUU. Se trata de un cable de fibra óptica que conectará la ciudad brasileña de Fortaleza con el centro de datos D-Alix, ubicado en el municipio tinerfeño de Granadilla de Abona, aunque su destino final será la capital portuguesa, Lisboa. Recorrerá pegado al fondo marino 5.600 kilómetros y tendrá un coste que se situará entre 120 y 150 millones de euros.