jueves, 31 de octubre de 2013

CANARIAS MUEVE EL RABO SECESIONISTA

Luis María ANSON
Pues claro. Eran habas contadas que la debilidad del Gobierno, disfrazada de indiferencia, no provocaría solo el acoso catalán. Estaba cantado que otras autonomías aprovecharían la situación para mover el rabo y exigir ventajas adicionales.
El sinuoso Paulino Rivero ha dado el primer paso, asegurando que en los canarios crece la animadversión contra el Estado y que las Islas se sienten discriminadas. Aún más, el presidente autonómico ha amenazado con convertir a Canarias en “un problema de Estado”.
La política del avestruz, la política de esconder la cabeza y no hacer nada, es en ocasiones suicida. La falta de reacción efectiva del Gobierno ante las tropelías de Oriol Junqueras y su marioneta Arturo Mas ha animado a otras regiones a amenazar con un proceso soberanista para obtener ventajas. Rajoy debió atajar de raíz las maniobras de Junqueras. No lo ha hecho y la crecida del soberanismo catalán ya tiene prolongación. Aparte el País Vasco, que permanece al acecho de lo que ocurra en Cataluña, la Canarias de Paulino Rivero, con una situación geográfica provocadora, ya está en el juego de las exigencias soberanistas y en el do ut des.
Mariano Rajoy no puede permanecer indiferente. Debe ordenar a sus equipos que atiendan a Paulino Rivero. Crear un clima de soberanismo en las Islas Canarias es relativamente fácil y parece necesario cortar por lo sano con una negociación responsable. La política seria consiste en prevenir, no en curar.

Luis María ANSON, de la Real Academia Española