En la madrugada del pasado martes, decenas de agentes de la Policía Nacional irrumpían en el Centro Social Autogestionado El Palomar, para proceder al desalojo del medio centenar de personas que habían ocupado el edificio de nueve plantas, situado en el barrio de Guanarteme de Las Palmas de G.C.
La operación policial
se llevó a cabo con un impresionante y desproporcionado despliegue, en el que
intervinieron numerosos vehículos que cerraron al tráfico varias calles en un
radio de seis manzanas.
El edificio, un viejo
hotel abandonado desde hace una década, había sido ocupado el pasado el pasado
26 de noviembre de 2012 por ciudadanos de diversas nacionalidades con el
proyecto de poner en funcionamiento un centro para la realización de talleres y
otras actividades destinadas principalmente a los vecinos del barrio. Su
intención era, igualmente la de habilitar dormitorios que pudieran utilizar
personas necesitadas o desahuciadas por
las entidades financieras. Entre quienes habitaban el edificio había ya - según fuentes de los propios
desalojados - algunas familias en esta situación extrema, cuyo futuro inmediato
se presenta ahora incierto.
A las puertas de El
Palomar, uno de los jóvenes que participan en este proyecto de convivencia
colectiva explicó a los medios de comunicación que la policía se presentó sin
que hubieran recibido previamente "ningún tipo de carta o
notificación" reclamando el desalojo.
"Llegaron sin
más, empezaron a pedir la documentación a todo el mundo, sobre todo a los
inmigrantes, y fueron sacando a la gente de sus cuartos sin más. No tuvieron
ningún tipo de miramiento ni con los niños que estaban allí ni con las
familias. No tuvieron el más mínimo respeto con nadie" -manifestó.
"Estas son las actuaciones de la fuerza de la ley. Cada vez nos está
comiendo más la crisis y en vez de hacer cosas positivas para el pueblo, que es
lo que estábamos intentando nosotros con talleres y actos para la gente del
barrio...".