Un año después de la retirada de tarjetas sanitarias a los extranjeros sin papeles, en Canarias sólo se atiende al 0.08 de los 48.652 afectados inicialmente, aunque ahora la Consejería alega que ya sólo son 14.595 porque el resto ha dejado las islas.
Y sin embargo, el presidente del Gobierno de Canarias, Paulino Rivero, siempre se refugia en la llegada de inmigrantes para justificar el aumento de las tasas de paro.
Esta situación muestra la indecencia de CC y PSOE, que criticaron al Gobierno del PP por reducir el acceso de los inmigrantes a la sanidad pero "hacen gala de su insensibilidad social" al imponer condiciones incumplibles a los afectados.