E. A.
LAS PALMAS DE
GRAN CANARIA
La reforma de la prolongación de Primero de Mayo, que se abrió al tráfico el pasado mes de mayo, pasó por alto el acceso de los peatones. Decenas de personas acuden a diario desde Vegueta o San Roque al centro de salud de Triana, pero lo hacen arriesgándose, ya que no tienen aceras ni espacio suficiente en el arcén.
Son personas mayores, en su mayoría, que van con cierta frecuencia a la consulta del ambulatorio, abierto hace poco más de un año. Tampoco es raro ver pasar a jóvenes con sus carritos en medio del asfalto porque no hay lugar por donde cruzar sin peligro.
La calle Bernardino Correa Viera -conocida como la prolongación de Primero de Mayo- se abrió el pasado mes de mayo al tráfico después de dos años cerrada por reformas. En verano de 2009 fue cortada para construir un aparcamiento subterráneo de 460 plazas que todavía no se ha abierto al público. Asimismo, se ha instalado una pequeña estación de guaguas para facilitar la comunicación con el centro de salud. Pero los peatones siguen siendo los grandes marginados en esta acción, tanto los que vienen de Vegueta (que tienen que cruzar por debajo de un puente), como los de San Roque (que van por una pequeña carretera).
"Durante todo el día está vetado el paso. Los coches aparcan en el arcén, antes había un pequeño hueco entre el quitamiedos y las columnas del puente, pero lo quitaron", denuncia Domingo García tras cruzar la carretera del centro.
El acceso al barrio de San Roque es también arriesgado. Sólo hay una manera de ir caminando por una empinada carretera en la que directamente se prohíbe el paso de los peatones. "Tienen que poner un acceso mejor porque no se puede permitir que la gente suba y baje por aquí. Un día una guagua se lleva a cualquier anciano", alerta Ángeles Artiles.