viernes, 6 de julio de 2018

La voz del salinero resuena en el cine

La granadina supo de la existencia de este singular trovador en un encuentro poético que organizó en las salinas de Janubio en 2015. Probablemente «esta localización mágica» inspiró gran parte de las coplas y versos de aquel maestro salinero cuyas palabras, recogidas por primera vez en 1977 por el escritor Agustín de la Hoz, se han transmitido de generación en generación a través del folclore y la tradición oral de Lanzarote.
«Víctor Fernández Gopar es nuestro pez dorado», dice García Tortosa refiriéndose al planteamiento que David Lynch expresó en su libro Atrapa el pez dorado, en el que comparaba las ideas con peces que hay que pescar, aunque solo unos pocos son realmente valiosos.
El poeta, junto a la sal y las salinas, centra esta película de 59 minutos rodados el pasado verano y que reúne los testimonios de sus nietos, bisnietos y tataranietos, el escritor Félix Hormiga, el profesor de Playa Blanca Jaime Quesada, el folclorista Antonio Corujo, gran divulgador de las coplas del salinero por los pueblos de Lanzarote; el timplista Toñín Corujo, que editó un disco con las coplas de Fernández Gopar, además del testimonio del actual maestro salinero de Janubio, recientemente jubilado tras dedicar 40 años de su vida al cultivo de la sal.
«Siguiendo sus huellas nos encontramos que su poesía seguía viva. La sabía mucha gente. Ha trascendido a través del folclore», comenta la autora de la película y también poeta. «Había un libro suyo publicado por otro poeta, Agustín de la Hoz, que recopiló sus versos en 1977. Estaba agotado y poco más se sabía», explica la documentalista que empezó a indagar en la figura del compilador y en los folcloristas que empezaron a cantar las coplas del salinero.
Esa búsqueda es la que ha llevado a la pantalla a través de «un guion ficcionado y poético, que usa esas huellas para reflexionar sobre el tiempo y la memoria».
El actor y también poeta José Lupiáñez sirve de hilo conductor en este rastreo donde también se aborda «el mundo de la sal, reflexiones sobre la muerte, la soledad o la decadencia, intentando que mantenga un ritmo poético», abunda la directora acerca de su empeño en demostrar que Víctor Fernández Gopar era «un poeta del pueblo, que aún está vivo en el pueblo».
En el documental, los testimonios, reflexiones y versos se acompañan del paisaje lanzaroteño y de las aportaciones musicales de Toñín Corujo, el timplista Manuel Ángel Gopar, la banda sonora de Álvar Alonso, el poeta y músico Duende Josele, y una pieza cedida por el percusionista uruguayo Guillermo McGuill, inspirada en la obra Los sueños y el tiempo de María Zambrano.
En el rodaje intervinieron unas 20 personas, la mitad de ellas de Lanzarote y la otra, de Granada. «El equipo es una maravilla. Son profesionales y divertidos», explica García que filmó gran parte de la película durante doce días en junio de 2017. «Nos pasaron anécdotas divertidas y cosas súper mágicas. No sabíamos -relata la cineasta- cuál era la casa de Víctor Fernández en Las Breñas. Elegimos rodar en un banco para que se sentara el actor y al mes nos enteramos que estábamos justo en frente de la casa del poeta».
Entre sus cómplices, Manuel Concepción, en calidad de jefe de producción; siete cámaras -Marta García, Pablo de Cara, Sergio Erro, Dani Cabecera, Victoria Romero, Álex Salebe y Alba Cantón-; Álvar Alonso, como sonidista; Inés Gámez, en la dirección artística; Ismael Barea en la iluminación y Raquel Muñoz como ayudante de rodaje.
La aventura cinematográfica ha contado con el respaldo decidido del Ayuntamiento de Yaiza. Además, la autora está a la espera de una subvención del Cabildo lanzaroteño. También La orden del cachorro, las propias Salinas de Janubio y el Ayuntamiento de Arrecife se han comprometido con el proyecto.
Tras la proyección del martes, la película se presentará el jueves 12 de julio, a las 21.00 horas, en el Centro Cultural Federico García Lorca, dentro del cuarto Campus de Etnografía y Folclore. Esta sesión acompañará a la presentación de la reedición de Las coplas de Víctor Fernández Gopar, a cargo de Ediciones Remotas. Además de los versos del salinero, el volumen recoge textos de Arminda Arteta, Yeray Rodríguez o de la propia Carmen García Tortosa.