
"Solo pido mis papeles, que no me dejen más en la estacada, que me reconozcan el trabajo que he hecho durante tres años", concretó. Sonia aseguró ayer que el sindicato UGT la ha dejado "tirada". Pero sus problemas no acaban ahí. "Desde hace meses he pedido ayuda a los servicios sociales del Ayuntamiento y aun estoy esperando por ellas", aclaró.
Esta joven de Añaza se enfrenta a su situación con la entereza que puede. "Son muchos meses ya, 14 sin cobrar, escuchando promesas que no se cumplen", añadió. Sus tres hijos, de 5, 7 y 9 años, "afortunadamente son pequeños" como para no darse cuenta de la situación. Algunas compañeras que viven situaciones similares, aunque no tan desesperadas, se ofrecieron incluso a recolectar cuanta comida sea necesaria para que esta joven y sus hijos no pasen más hambre.
Como Sonia Fernández, las otras 180 extrabajadoras de Mararía continúan esperando a que el Ayuntamiento presente el borrador del pliego de condiciones con el que se sacará a concurso la ayuda a domicilio en Santa Cruz después de que Mararía se declarara en quiebra en junio del año pasado dejando a sus empleadas con hasta cuatro nóminas pendientes.