martes, 20 de mayo de 2008

MANTENIDOS


PACO DÉNIZ En la cultura popular hay pocas cosas peor que un mantenido. No es exactamente un chafalmejas, ni un carajo la vela, es alguien que vive que te cambas mantenido por otros u otras. Por eso, incluso el asalariado ocioso es considerado un vividor insolidario. Ustedes saben que los trabajadores siempre son sospechosos de ociosidad apenas el jefe se da la vuelta. Y como quiera que los jefes siempre han sabido leer perfectamente las claves populares para sus propios intereses, airearon aquéllo de que el Estado mantiene a vagos, fue entonces cuando el subsidio de desempleo y el gasto sanitario se consideraron un despilfarro y, en fin, todas las prestaciones con las que el Estado procura subsanar las desigualdades sociales. En el lado opuesto se sitúa la persona emprendedora, la que arriesga su capital y sus nervios para generar riqueza y empleo y todas esas cosas que hace de algunos estratos sociales la envidia de los mortales. En fin, en el lado opuesto se sitúa el empresario modelo. Es éste un lado sólo al alcance de unos pocos que consideran que el mundo les pertenece porque son ellos los que producen algo. Pero, realmente, ¿no estarán improductivamente mantenidos? Veamos: la mayoría de las políticas económicas se hacen para este tipo de personas. La RIC les exime de impuestos y los estimulan a que evadan capitales. Pero no sólo no pagan impuestos, sino que, además, les subvencionan los colegios privados de sus niñitos y niñitas que serán criaditos con las plusvalías que les extraen a los asalariados ociosos. El REA les subvenciona las porquerías caras que consumimos aquí. El Estado les financia su sanidad privada, el gobierno se los lleva de viaje en representación del Archipiélago, les monta ferias, les ofertan Cabo Verde y les habilitan señoras de compañía, les regala terreno para que monten polígonos industriales versión almacenes. Y he aquí que cuando se avecina una crisis son los que primero lloran. Se quejan, amenazan y piden que el Estado les compre sus construcciones y las convierta en solares de protección oficial como hace Plasencia. Azero pide más subvenciones porque sus socios de la CEOE no ganan lo suficiente. Recuerdo una rueda de prensa suya no hace mucho en la que decía que los beneficios habían superado las predicciones, pero que no se podían subir los sueldos porque había que andar con cautela por lo que pudiera pasar. Estos mantenidos no necesitan hacer manifestaciones para solicitar inversión pública, tienen el móvil particular de los gobernantes y de la oposición, y hablan todos los días en la prensa, pero, sobre todo, amenazan con el despido de miles de trabajadores y el aumento de precios. Y claro, siembran crispación y vuelcan las estadísticas. La cultura popular sólo intuye bien: hay mucho mantenido. Pasa que, mientras a algunos les dan lo mínimo para que se levanten a trabajar, a otros se les colman sus bolsillos hasta el punto que no saben qué hacer con tanto dinero. Canarias es un paraíso de mantenidos.