martes, 27 de mayo de 2008

El negocio redondo de la prostitución



Carlos S. Beltrán Las Palmas de Gran Canaria
Hacerse una idea exacta del negocio de la prostitución en Canarias es, como con todos los negocios de carácter ilegal, una tarea difícil. Sólo en la red de redes hay más de 1,3 millones de archivos, contactos, páginas web y enlaces relacionados con la prostitución en Canarias. Este negocio mueve al año en Canarias entorno a los 20 millones de euros, aunque esta cifra es simplemente orientativa, ya que como todo negocio ilícito es difícil de controlarlo con exactitud. Entorno al negocio de la alcahuetería se mueve además mucho dinero en publicidad. La llegada de mujeres extranjeras para dedicarse a este mundo responde a una demanda social.
«Nadie se cuestiona el grueso del negocio de la prostitución. No puede desaparecer si se sigue dando cabida a su publicidad en los medios. Si no existiese una demanda no habría prostitución ni tráfico de personas», afirman desde el equipo directivo del Centro Lugo de apoyo a las prostitutas auspiciado por Cáritas Diocesana de Canarias.
El Centro Lugo es uno de los pocos que se dedica al apoyo integral de las mujeres que ejercen la prostitución. Sus labores van desde el apoyo psicológico y afectivo hasta la realización de actividades lúdicas y de reinserción laboral y social. «Todas son mujeres con sobradas capacidades. Nosotras avanzamos con ellas para buscar otras alternativas», comenta el equipo directivo del centro. Perfil. El 90% de las mujeres que se dedican a la prostitución en el Archipiélago son de origen extranjero. En su mayoría proceden de Brasil, Colombia, Rumania y Nigeria, entre otras nacionalidades. En el caso de las sudamericanas la edad media ronda los 25 años. Cuentan además con un nivel educativo medio-alto.
Uno de los nexos en común son las cargas familiares que tienen y las historias muy duras de vida. En el caso de las prostitutas inmigrantes gran parte del dinero que ganan es enviado a sus países de origen donde todas tienen cargas familiares. «La ley de inmigración en parte ayuda a potenciar la prostitución. Al estar ilegales en el país dificulta la búsqueda de trabajo. Muchas se ven abocadas a ejercer para poder mantener a sus familias en sus países de origen», añaden desde el equipo directivo de Centro Lugo.
Dedicarse a la prostitución no lleva aparejado, tal y como se tiende a pensar, el consumo de drogas. Muchas de estas mujeres se ven abocadas a su consumo incitadas por el cliente.
En la capital grancanaria existen cerca de una decena de centros de citas, en su mayoría situadas en el distrito Puerto-Canteras. El resto de los burdeles se concentran en Vecindario y la zona turística del sur de Gran Canaria. Aunque estas son sólo la punta del iceberg del negocio en el Archipiélago.
A estas centros se suman los pisos particulares, la prostitución callejera y la alcahuetería a domicilio. Esta última se ha convertido en una de las novedades surgidas, entre otros motivos, bajo el amparo de Internet. «Cada vez son más los contactos que se realizan por Internet. Ves las fotos, quedas y al lío. Es una actividad más independiente para la chica», sostiene R.G.P, asiduo de estos servicios sexuales.
Los números del negocio
18.000 millones de euros El negocio de la prostitución en España ha desbancado al tráfico de armas en cuanto al dinero que genera . Se estima que al año son más de 18.000 millones de euros. A una media de 50 millones de euros al día. Hacer un cálculo de las ganancias de este negocio en Canarias es casi imposible, aunque ronda los 20 millones anuales, según estimaciones policiales.
400.000 prostitutas Según las estimaciones realizadas por la Guardia Civil, publicadas en su informe de la Ponencia sobre prostitución en el Congreso de los Diputados, en España hay alrededor de 400.000 mujeres que se dedican a la prostitución.
2.500 en Canarias Este mismo informe de la Benemérita cifra en unas 2.500 las mujeres que ejercen la prostitución en Canarias. Este dato, al igual que el estatal, es simplemente una aproximación.
El 90% son extranjeras De las más de 400.000 mujeres que ejercen la prostitución en España, el 90% son de origen extranjero. Este porcentaje se repite también entre las prostitutas que ejercen en el Archipiélago. En su mayoría brasileñas.
El 1% son hombres El negocio de la prostitución en España tiene un perfil meramente femenino. Los hombres que ejercen laalcahuetería en el país ronda el 1% del total. En Canarias esta cifra se reduce hasta el 0,7%.
Testimonios
‘Nancy’: «Ejerzo porque estoy ilegal»
Hace casi dos años que ‘Nancy’, así la llaman sus clientes, llegó a Gran Canaria. En un principio viajó hasta Madrid, desde Colombia, donde residían unas amigas. Allí fue cuando decidió venirse para las islas, en un principio impulsado por su pareja de entonces.
Desde que aterrizó en Gran Canaria todo fueron complicaciones. Su pareja la dejó y estuvo durante meses intentando buscar un trabajo de manera ilegal. Su llegada como una turista más desde su Colombia natal le impide trabajar. Con 23 años, ‘Nancy’ dejó atrás tres hijos y una madre enferma. Se vino a España para intentar mejorar la situación económica de su familia. Cuenta con estudios, aunque desde su llegada al país no ha conseguido ningún trabajo en gran medida por su situación irregular. «Más de una vez he pensado coger 700 euros y volver en el primer vuelo a mí país. El problema es que si vuelvo ¿quién va a mantener a mi familia?», se pregunta ‘Nancy’.
Su turno de trabajo se extiende, la mayoría de las veces, más allá de las diez horas. Aunque no precisa en ningún momento la cantidad diaria que puede ganar asegura que todas las semanas envía cerca de 300 euros a su familia que reside en el distrito de Santa Marta al norte de Colombia.
Nancy es consciente del daño psicológico que la prostitución le hace aunque sostiene que es la única forma que le queda para sobrevivir en las Islas. «Una vez que consiga los papeles, dentro de unos meses, podré dejar de ejercer y buscar otro trabajo. Pero no puedo dejar de mandar dinero a casa», sentencia. Nancy afirma que su intención no es quedarse a vivir en España, aunque si le gustaría «ver a mis hijos más a menudo».