jueves, 13 de septiembre de 2007

VÍCTIMAS, NO VERDUGOS

DOS ARTÍCULOS SOBRE EL MISMO DRAMA. Uno dice que viajaban 37 supervivientes; el otro que eran cerca de 70.

Dominique Mollard: "Por cada cayuco que llega a Canarias, 9 fallan en el intento"
El periodista francés Dominique Mollard viajaba junto con 37 inmigrantes subsaharianos en el cayuco que quedó a la deriva frente a las costas de Marruecos por un fallo de los motores, en su intento de llegar al Archipiélago tras haber partido desde Mauritania. Está preparando un reportaje sobre el fenómeno migratorio.
DORY MERINO, Tenerife
"Por cada cayuco que llega a Canarias, nueve fallan en el intento", afirma el periodista francés Dominique Mollard, que viajaba junto con 37 inmigrantes subsaharianos en el cayuco que quedó a la deriva frente a las costas de Marruecos por un fallo de los motores, en su intento de llegar al Archipiélago, tras haber partido desde Mauritania.
Mollard (que habla en perfecto castellano por haber pasado 25 años en Madrid) explicó que lleva más de doce meses investigando el fenómeno migratorio en la costa mauritana, donde ha podido comprobar que sólo en Nouadibú se encuentran unos 30.000 subsaharianos con intención de salir en cayuco hacia las Islas.
Precisó que la inmensa mayoría de estas personas proceden del interior y nunca han visto el mar. "Se mueren de susto en el cayuco", afirmó el periodista, pero, "es tal su desesperación, que se lanzan al mar como única salida".
Mollard se trasladó a Mauritania en 2006 para conocer de primera mano información sobre la inmigración clandestina. Allí permaneció tres meses, desde junio hasta octubre del pasado año. Regresó a Rabat, donde trabaja como corresponsal del segundo canal de la televisión pública alemana y, el 6 de junio del presente año, volvió a Nuadibú con la intención de embarcarse en un cayuco para llegar a Canarias.
"Este viaje ha sido la punta del iceberg del trabajo que tengo entre manos", en referencia a la cantidad de material que tiene recogido para el reportaje que piensa sacar a la luz.
La embarcación zarpó, en su primer intento, el último miércoles de agosto con 38 personas a bordo, entre las que se encontraba el periodista, junto con los subsaharianos, la mayoría de Ghana, Congo y Mali. Entre ellos iban dos mujeres y un bebé de cuatro meses. Tuvieron que regresar a Nuadibú y volvieron a salir al día siguiente. En esa segunda ocasión lograron llegar hasta 200 metros de la costa marroquí, "donde se encontraron con olas de cuatro metros, un fuerte viento y se produjo la avería del primer motor, quedando el cayuco a la deriva".
Mollard indicó que todos los que iban en la embarcación pasaron mucho miedo. Relató que el cayuco se llenó de agua y el estado de la mar hacía imposible recuperar el control.
Ayuda por satélite
"Utilicé el teléfono vía satélite que llevaba para pedir ayuda". Las llamadas fueron recogidas por un petrolero ruso, que les rescató y, pese a que ellos pensaban que les iba a llevar hasta Canarias, finalmente les entregó a la Marina marroquí.
Ayer se encontraban todos retenidos en la ciudad de Dajla, en el Sahara Occidental, para ser interrogados, menos una de las mujeres y su bebé, que habían sido trasladados al hospital porque el niño estaba enfermo, probablemente, con gripe, según manifestó el periodista, después de haberse mojado en la travesía. Así lo detalló Mollard nada más hablar con la madre del bebé, que le llamó desde el hospital.El equipo de trabajo de Mollard también sufrió desperfectos. Dijo que alguna de sus cámaras "había muerto". Mollard ha comprobado en su propia piel lo que cuesta subir a un cayuco. En el año que lleva elaborando el reportaje se ha encontrado con muchos "estafadores", que ofrecen la travesía a cambio de un alto precio. Manifestó que en Nuadibú no existen mafias organizadas, sino un montón de "listillos" que organizan el viaje hasta Canarias, a cambio de unos 500 euros por persona.

LA OPINIÓN / EFE / RABAT Según el periodista francés que viajaba a bordo para preparar un reportaje sobre la inmigración ilegal, más de setenta personas iban en la embarcación, de la que se rescataron 38 personas, por lo que la cantidad de desaparecidos podría superar las veinte personas. "Están destrozados y ahora para ellos es volver a empezar de nuevo en el punto de partida", dijo Dominique Mollard, corresponsal en Rabat del segundo canal de la televisión pública alemana que viajaba con los subsaharianos. Los 38 inmigrantes subsaharianos -procedentes la mayoría de ellos de Ghana, Congo y Mali- se encuentran actualmente en Dajla, en el Sáhara Occidental, adonde les condujo la Marina marroquí después de que Mollard consiguiera ayuda por medio de su teléfono por satélite. El periodista francés contó a Efe que acompañó a los subsaharianos para hacer un reportaje sobre los intentos de llegar a las Islas Canarias en cayuco desde Mauritania y que la embarcación zarpó primero el miércoles de la semana pasada. "Ibamos en busca del 'cayuco nodriza' porque la gendarmería mauritana se lo pone muy difícil para salir de las costas del país y ese es el procedimiento habitual que utilizan", contó Mollard, quien afirma que todos los ocupantes de la embarcación, excepto dos mujeres y un bebé de cuatro meses, eran hombres adultos. Tuvieron que regresar a Nuadibú, en el norte de Mauritania, y el siguiente intento lo hicieron el jueves, relató el periodista.
Naufragio.
En esa segunda ocasión, "cuando estábamos a unos doscientos kilómetros de la costa marroquí, y con olas de cuatro metros, con una fuerza de 5 a 6, ocurrió la primera avería del motor" y la embarcación quedó a la deriva. El periodista relató que la embarcación comenzó a llenarse de agua y que el estado del mar hacía imposible recuperar el control del cayuco, por lo que comenzaron a pedir ayuda con su teléfono. Las llamadas de auxilio fueron captadas por un petrolero ruso, que les rescató y que -continuó Mollard- creyeron les iba a trasladar a las Islas Canarias. "Pero nos trataron como a perros", recordó el periodista sobre el comportamiento de la tripulación del petrolero, que finalmente en realidad les entregó a una patrulla de la Marina marroquí. Aunque fuentes consultadas por Efe en Dajla dijeron que la Gendarmería marroquí había conducido a los náufragos a dependencias oficiales para su identificación, Mollard asegura desconocer la suerte de los subsaharianos. El periodista realizaba un reportaje sobre la inmigración ilegal y para ello "llevaba más de un año intentando meterme en un cayuco, pero aquello está lleno de mafias que piden una media de unos 500 euros por llevar a la gente hasta Canarias". "Esa cantidad significa aproximadamente el salario de tres a cuatro años de esa gente", añadió Mollard, quien confió en poder volver a ver a sus compañeros de travesía frustrada antes de regresar a Rabat.