martes, 18 de septiembre de 2007

AGUILERA KLINK PROPONE LA DESOBEDIENCIA CIVIL

Tenemos que aprender a practicar la desobediencia civil de manera absolutamente pacífica, serena e inteligente.

—¿En qué consistiría esa desobediencia civil?

—De alguna manera se está practicando en algunos sitios cuando la gente empieza a no aceptar las decisiones y las definiciones del problema. Pero claro, cuando desde el poder se sigue ignorando esa oposición o burlándose de ella entonces sólo nos queda parar las infraestructuras, ponerlos delante de las máquinas. No veo otra opción, porque acudir a instancias superiores, como es el caso Bruselas, ya vemos que están al servicio de los partidos.

—¿Por los partidos políticos o por los grupos económicos?

—Claro, por los grandes partidos políticos a partir de los lobbys empresariales.

—¿Los partidos políticos tiene algún peso, alguna influencia en la toma de decisión?
—Susan Baker, profesora de Ciencia Política, dice que estamos en una democracia posparlamentaria, ya que las decisiones se toman fueran del Parlamento (entre empresarios y políticos) y dentro se cumple el rito de votar, de bendecir lo aprobado fuera de él. A mi me gusta citar una de las reflexiones de Pedro Lezcano que decía que en el parlamento Autonómico era donde había pasado más vergüenza en toda su vida.

—¿Qué valoración hace de los partidos políticos en relación con estas cuestiones?
—Si uno analiza la postura de los tres principales partidos, CC, PP y PSOE, y como han ido llevando este tipo de cuestiones está claro que ellos solos se han ido descalificando, porque no han querido, no han sabido o no tienen competencias para abordar con responsabilidad estas cuestiones.

—Sin embargo los políticos utilizan una serie de conceptos, como desarrollo sostenible, respeto medioambiental, etc., que no se corresponden con sus acciones

—En efecto, se van apropiando de un lenguaje pero lo vacían de contenido. Emilio Lledó lo ha señalado con frecuencia, vacían el lenguaje para hacer creer que ellos son los primeros que están preocupados por el desarrollo sostenible, por el medioambiente, etcétera. Pura farsa.

—Otro de los temas claves es la corrupción relacionada con las recalificaciones de terreno
—Un informe de la Fiscalía de Medioambiente de Gran Canaria de 2001 ya hablaba de todo esto. Me acuerdo que se armó un revuelo tremendo cuando ese informe salió y el Fiscal General del Estado, Cardenal, llamó la atención a la Fiscalía. Creo que lo que está ocurriendo ahora es lo que la Fiscalía había señalado. Decía textualmente que el principal delincuente medioambiental era la propia Administración.

—La regresión democrática es otro de los planteamientos.

—La democracia no son sólo reglas, instituciones y votar de vez en cuando. Es una actitud cotidiana de los ciudadanos. Hay muchos ciudadanos en este país que están luchando diariamente para que la democracia no baje de la calidad que ya tiene y en eso incluyo a muchos jueces y fiscales, cuyo trabajo no es fácil.

—Usted ha definido el modelo económico canario como victimista ¿Por qué?

—La defensa de la ultraperifericidad, que no está justificada adecuadamente, ha consolidado un modelo económico sustentado en las subvenciones de Bruselas y Madrid que ha servido para despilfarrar los fondos públicos sin mejorar las condiciones de vida de la mayoría de la población.

—¿La Reserva de Inversiones de Canarias (RIC) no es otro criterio de regresión democrática?
—Es sorprendente que no haya ni un dato público sobre en qué se ha gastado la RIC y que, sin embargo, se renueve. Por algunas declaraciones sabemos se ha invertido fundamente en suelo y cemento. Y por aproximación está claro que la RIC se ha convertido en un problema ambiental muy serio, en un incentivo fiscal para continuar con la agresión al territorio. El hecho de que la RIC se pueda materializar en deuda pública es una enorme injusticia fiscal, un trato de favor que la mayoría de los empresarios no necesitan.