En el acto de una nueva exposición de autobombo negrinista
con cargo a los impuestos que pagan los que tienen menos y peor agua que la
nieta, y puesta a contar cosas del abuelo pues se le escapan cosas. Y nos ha contado que en la Biblioteca del
abuelo hay un libro con una firma de Goebbels que rezaba “a mi camarada”… ¡El
jefe de la propaganda nazi llamaba “camarada” a Negrín! ¡Y la nieta lo cuenta!
¡Yo me quedo bobo! E insiste –no vayamos a pensar que es una casualidad- que
obtenía información reservada sobre el comienzo dela II Guerra Mundial gracias
a que mantenía amistad con “el ministro de Finanzas de Hitler” ¡Y lo cuenta! Me
pregunto si el lector sigue con la boca cerrada, me costaría creerlo.
También contó algo sobre las durezas del exilio: “Compró una
mansión en Inglaterra con lagos y una isla, y que era como volver a los
recuerdos de su infancia”. Mientras… los exiliados pobres –llevados por Negrín
a mantener una guerra inviable- morían de hambrey frío.