miércoles, 5 de septiembre de 2018

EL CAMBIO CLIMÁTICO Y LA "ECONOMÍA DEL LADRILLO" AMENAZAN CANARIAS

Por A. RAMÍREZ / CANARIAS-SEMANAL.ORG.- 
Si un cambio radical en la estructura económica, social y política no lo impide, la mayor parte de Canarias podría convertirse en una zona desértica antes de 2050. 
Según recordaba en junio de 2016, la Federación Ecologista Ben Magec, las islas tiene ya un índice de desertificación aproximado de un 60%, que en algunas alcanza a más del 70%.
Ahora, un estudio publicado por la revista Nature incluye al Archipiélagoentre el grupo de Islas pequeñas de todo el mundo que verán drásticamente reducidas sus reservas de agua dulce debido a un notable aumento de la aridez provocado por el cambio climático
El estudio, elaborado por un grupo de científicos de la Universidad de Colorado (EEUU), ha analizado 80 islas o grupos de islas pequeñas en todo el mundo, entre las que están las Canarias, Galápagos, Azores, Juan Fernández, Socorro, Santo Tomé y Príncipe, Madeira, Bahamas, Seychelles o la Isla de Pascua.
Pero la previsible evolución del clima y la morfología del Archipiélago no es, en absoluto, producto de un factor como el cambio climático.. Por el contrario, esta se ve estimulada especialmente por el modelo económico centrado en la Construcción y el turismo de masas impuesto en las Islas, en detrimento de otros sectores esenciales como el agrícola. 
 Así lo han advertido también desde Ben Magec, proponiendo "el impulso de la agricultura ecológica como la mejor herramienta para luchar contra los elevados índices de erosión y pérdida de suelo en Canarias, así como contra el mismo Cambio Climático". 
Como principales causas de la preocupante desertificación de Canarias, los ecologistas apuntan al "sellado del suelo por la urbanización y la construcción de infraestructuras, la salinización derivada la sobreexplotación de los acuíferos, el uso de fitosanitarios y el vertido de tóxicos".
Por culpa de estos tóxicos -añaden -   tenemos un elevado índice de contaminación en suelos, lo cual, en buena medida, es producto de la nula gestión por parte del Gobierno de Canarias, competente en materia de autorizaciones y control de vertidos".