
De hecho, la organización ha detectado un "peligrosísimo" aumento del número de casos de depresión en las familias. Esto se debe a que los jóvenes siguen dependiendo de los padres cuando llegan a la edad adulta debido a que no pueden abandonar el hogar y formar su propia familia, lo que provoca que no maduren y, por ende, que no sean capaces de afrontar solos las frustraciones normales de la vida.