
R. G.
La mendicidad en las calles de la capital se ha multiplicado casi por tres en los últimos dos años, según datos oficiosos de la Policía Local. Otras organizaciones que atienden a personas necesitadas en la ciudad aseguran que la mendicidad se ha disparado en la ciudad desde hace dos años, cuando empezaron a vivirse las secuelas más duras de la crisis. Y coinciden todos en que no sólo piden los toxicómanos habituales, ahora hay padres y madres de familia que también mendigan una ayuda a la puerta de un supermercado o de una tienda de comidas preparadas.
La crisis ha llevado a la ruina y a pasar hambre a cientos de familias de la capital y el hambre hace que la vergüenza pase a un segundo plano y el que hasta hace un año iba de chaqueta y corbata por la calle ahora se gane unos euros de aparcacoches. Tanto el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria como la Policía Local y las organizaciones caritativas Cáritas y la Obra Social de Desarrollo y Acogida coinciden en señalar que en las calles de la ciudad se vive una nueva mendicidad, la de las personas con estudios, bien preparadas pero sin trabajo y sin prestaciones sociales con las que comer cada día.