domingo, 10 de agosto de 2008
LA OTRA INVASIÓN
M.P. PÉREZ - LAS PALMAS DE GRAN CANARIA.
Gran Canaria ya no tiene atractivo para las empresas alemanas y holandesas que comenzaron a llegar en los años 60 para colocar aquí sus centros de producción de flores, plantas y esquejes para exportar a Europa. Ahora, los países africanos como Senegal, Kenia o Etiopía acaparan su interés porque han visto allí la mejor opción para ahorrar costes, sobre todo de mano de obra.
El motivo de la marcha del capital alemán y holandés no es otro que los costes. África les ofrece tierras a "precios ridículos y salarios que van de un dólar a dólar y medio al día", según explicó ayer el presidente de la Asociación de Cosecheros y Exportadores de Flores, Lennart Loven.Loven argumenta para justificar la situación de desaparición de los centros de producción que se trata de "un cambio de ciclo". "En los años 60, alemanes y holandesas ven en Gran Canaria mano de obra económica y una seguridad jurídica, pero ahora ven que esa mano de obra tiene mayores costes" destaca. Además, el presidente de la patronal explica que a parte de los bajos costes de la mano de obra en África, es muy fácil arrendar unas tierras por 90 años a bajos precios, y a esto hay que añadir que la Unión Europea ofrece líneas de ayudas para invertir en los países en vías de desarrollo.